¡Oh, cómo te miraban las tinieblas,
cuando ciñendo el nudo de tu abrazo
a mi garganta, mientras yo espoleaba
el formidable ijar de aquel caballo,
cruzábamos la selva temblorosa
llevando nuestro horror bajo los astros!
Era una selva larga, toda negra:
la...

Poet: Arturo Borja

¿Porqué al trepar la colina
que de ti fiera me aparta,
¡oh grata mansión! mis ojos
se llenan de tristes lágrimas?
¿Será que, ay de mí, no vuelva
hacia ti, mansión amada?
Quién lo sabe, que la muerte
do quier al hombre acompaña,
y acaso de este...

EN SU CORONACIÓN

I
Un genio ardiente, un alma vengadora
reclama ya la universal conciencia:
brilla el cinismo, triunfa la licencia,
y la maldad se yergue vanidosa.
Falta un genio de voz atronadora
que maldiga del mundo y la impudencia,
...

Poet: Manuel Reina

Niño hermoso, que entre flores
 Mientras luz te alcanza, triscas;
Tierna madre, que en silencio
 Con atento amor vigilas;
Buen señor, á quien las horas
...

Improvisación

Blanca, gallarda, envuelta
por la bruma del mar,
la vela al soplo de la tarde suelta,
la nave lejos va.

Boga, boga y se pierde
cuando muere la luz,
allá donde se juntan la mar verde
y el horizonte azul.

¿De qué remotas zonas...

Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
buscando los recodos de sombra, lentamente.
A trechos me paraba para enjugar mi frente
y dar algún respiro al pecho jadeante;
o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia...

Todos duermen, y en el campo
reina silenciosa calma,
y sólo a intervalos muge,
cuando del desierto avanza,
el viento, a estrellar su furia
en la sierra ecuatoriana;
sobrecogida, despierta
la selva, crujen las ramas
y, cual si sintieran miedo,...

Snbir me place al alto promontorio
 Que el piélago domina,
A meditar mientras el sol radiante
 Desde el zenit declina.

A la luz de esa antorcha miro el cielo,...

Al salir de aquel baile dejamos nuestras huellas
en playas que a un destierro conducen al azar.
Una flor en su mano se acaba de ajar.
Era una hermosa noche de ensueños y de estrellas.

Rompíanse en la sombra oleajes enlutados
hacia el ópalo atlántico y la áurea...

No rinde al proscrito cobarde tristeza
al ir peregrino de hogar en hogar,
pues mira extenderse de Dios la grandeza
por montes, y valles, y el cielo y el mar.

Un punto nos quitan, un punto querido,
que patria llamamos con férvido amor;
mas, presto encontramos...