El pozo de los padres trinitarios

tuvo brocales varios:

ya de mampostería,

ya de piedra de buena sillería,

en fin de berroqueño le pusieron,

el último que eterno ellos creyeron;

pero tal faena de sacar agua

en el convento había,

que al año...

Salió muy de mañana

a oír misa en la iglesia más cercana

una vieja ochentona

de vista intercadente y voz temblona.

A la del Hospital se dirigía

porque junto vivía,

llevando por no haber amanecido,

de una vela encendido

el cabo en su...

Cierta viuda, joven y devota,

cuyo nombre se sabe y no se anota,

padecía de escrúpulos, de suerte

que a veces la ponían a la muerte.

Un día que se hallaba acometida

de este mal que acababa con su vida,

confesarse dispuso,

y dijo al confesor: -...

Predicaba un gilito en su convento

y, para comenzar, buscó al intento,

de la Escritura Santa en los lugares,

el texto que aquí va de los Cantares

en latín anotado,

y repitió en romance, acalorado:

-¡Qué hermosas son tus tetas, oh mi hermana,

oh mi...

De un tremebundo lego acompañado,

fue a exorcizar un padre jubilado

a una joven hermosa y desgraciada

que del maligno estaba atormentada.

Empezó su conjuro

y el espíritu impuro,

haciendo resistencia,

agitaba a la joven con violencia

...

En un carro manchego

caminaba una moza inocentona

de gallarda persona

propia para inspirar lascivo fuego.

El mayoral del carro era Farruco,

de Galicia fornido mameluco,

al que, en cualquier atasco, daba asombro

verle sacar mulas y carro al hombro...

En la crítica ocasión

de estar ayudando a misa,

le dio un terrible apretón

a un muchacho con tal prisa

que le puso en confusión.

Volvió el pobrete la cara,

y a otro rogó tiernamente

que su lugar ocupara,

y que en lance tan urgente...

Cuentan que un orador célebre en Grecia,

mansión en otro tiempo soberana

de cuanta ciencia humana

el sabio mundo aprecia,

quiso las ruinas visitar de Troya:

Simón, su amigo, el pensamiento apoya,

que aunque no es anticuario,

antes por el contrario...

Hallándose cortejando

cierto fraile a una monjita,

mientras que la requebraba

le enseñaba su pi...

su pipa con que fumaba.

La monja, como era lega

y profesaba al otoño,

radiaba por darle entrada

y le enseñaba su co...

su copo...

Un gallo muy maduro,
de edad provecta, duros espolones,
pacífico y seguro,
sobre un árbol oía las razones
de un zorro muy cortés y muy atento,
más elocuente cuanto más hambriento.

«Hermano», le decía,
«ya cesó entre nosotros una guerra
que cruel...