César Vallejo

  • Niños del mundo,
    si cae España -digo, es un decir-
    si cae
    del cielo abajo su antebrazo que asen,
    en cabestro, dos láminas terrestres;
    niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
    ¡Qué temprano en el sol lo que os decía!
    ¡Qué pronto en vuestro pecho el...

  • Mi padre, apenas
    en la mañana pajarina, pone
    sus setentiocho años, sus setentiocho
    ramos de invierno a solear.
    El cementerio de Santiago, untado
    en alegre año nuevo, está a la vista.
    Cuántas veces sus pasos cortaron hacia él,
    y tornaron de algún entierro...

  • Por los cuadros de santos en el muro colgados
    mis pupilas, arrastran un ¡ay! de anochecer;
    y én un temblor de fiebre, con los brazos cruzados,
    mi ser recibe vaga visita del Noser:

    Una mosca llorona en los muebles cansados
    yo no sé qué leyenda fatal quiere verter:...

  • Y el Alma se asustó
    a las cinco de aquella tarde azul desteñida.
    El labio entre los linos la imploró
    con pucheros de novio para su prometida.

    El Pensamiento, el gran General se ciñó
    de una lanza deicida.
    El Corazón danzaba; más, luego sollozó:
    la...

  • Sólo al dejar de ser, Amor es fuerte!
    Y la tumba será una gran pupila,
    en cuyo fondo supervive y llora
    la angustia del amor, como en un cáliz
    de dulce eternidad y negra aurora.

    Y los labios se encrespan para el beso,
    como algo lleno que desborda y muere;...

  • Acaba de pasar el que vendrá
    proscrito, a sentarse en mi triple desarrollo;
    acaba de pasar criminalmente.

    Acaba de sentarse más acá,
    a un cuerpo de distancia de mi alma,
    el que vino en un asno a enflaquecerme;
    acaba de sentarse de pie, lívido.

    Acaba de...

  • Amada, en esta noche tú me has crucificado
    sobre los dos maderos curvados de mi beso;
    y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
    y que hay un viernesanto más dulce que ese beso.

    En esta noche rara que tanta me has mirado,
    la Muerte he estado alegre y ha cantado...

  • Más acá, más acá. Yo estoy muy bien.
    Llueve; y hace una cruel limitación.
    Avanza, avanza el pie.

    Hasta qué hora no suben las cortinas
    esas manos que fingen un zarzal?
    Ves? Los otros, qué cómodos, qué efigies.
    Más acá, más acá!

    Llueve. Y hoy pasará...

  • Siento a Dios que camina
    tan en mí, con la tarde y con el mar.
    Con él nos vamos juntos. Anochece.
    Con él anochecemos, Orfandad...

    Pero yo siento a Dios. Y hasta parece
    que él me dicta no sé qué buen color.
    Como un hospitalario, es bueno y triste;
    ...