César Vallejo

  • Arriero, vas fabulosamente vidriado de sudor.
    La hacienda Menocucho
    cobra mil sinsabores diarios por la vida.
    Las doce. Vamos a la cintura del día.
    El sol que duele mucho.

    Arriero, con tu poncho colorado te alejas,
    saboreando el romance peruano de tu coca....

  • Hay ganas de volver, de amar, de no ausentarse,
    y hay ganas de morir, combatido por dos
    aguas encontradas que jamás- han de istmarse.

    Hay ganas: de un gran beso que amortaje a la Vida,
    que acaba en el áfrica de una agonía ardiente,
    suicida!

    Hay ganas de......

  • En Lima... En Lima está lloviendo
    el agua sucia de un dolor
    qué mortífero! Está lloviendo
    de la gotera de tu amor.

    No te hagas la que está durmiendo,
    recuerda de tu trovador;
    que yo ya comprendo.. . comprendo
    la humana ecuación de tu amor.

    ...

  • Cada cinta de fuego
    que, en busca del Amor,
    arrojo y vibra en rosas lamentables,
    me da a luz el sepelio de una víspera.
    Yo no sé si el redoble en que lo busco,
    será jadear de roca,
    o perenne nacer de corazón.

    Hay tendida hacia el fondo de los seres,...

  • Esta mañana bajé
    a las piedras, oh las piedras!
    Y motivé y troquelé
    un pugilato de piedras.

    Madre nuestra, si mis pasos
    en el mundo hacen dolor,
    es que son los fogonazos
    de un absurdo amanecer.

    Las piedras no ofenden; nada
    codician. Tan...

  • Así pasa la vida, como raro espejismo.
    La rosa azul que alumbra y da el ser al cardo!
    junto al dogma del fardo
    matador, el sofisma del Bien y la Razón!

    Se ha cogido, al acaso, lo que rozó la mano;
    los perfumes volaron, y entre ellos se ha sentido
    el moho que...

  • El suertero que grita «La de a mil»
    tiene no sé qué fondo de Dios.

    Pasan todos los labios. El hastío
    despunta en una arruga su yanó.
    Pasa el suertero que atesora, acaso
    nominal, como Dios,
    entre panes tantálicos, humana
    impotencia de amor.

    Yo le...

  • La noche es una copa de mal. Un silbo agudo
    del guardia la atraviesa, cual vibrante alfiler.
    Oye, tú, mujerzuela, ¿cómo, si ya te fuiste,
    la onda aún es negra y me hace aún arder?

    La Tierra tiene bordes de féretro en la sombra.
    Oye, tú, mujerzuela, no vayas a...

  • Hasta cuándo estaremos esperando lo que
    no se nos debe... Y en qué recodo estiraremos
    nuestra pobre rodilla para siempre! Hasta cuándo
    la cruz que nos alienta no detendrá sus remos.

    Hasta cuándo la Duda nos brindará blasones
    por haber padecido!......

  • Es una araña enorme que ya no anda;
    una araña incolora, cuyo cuerpo,
    una cabeza y un abdomen, sangra.

    Hoy la he visto de cerca. Y con qué esfuerzo
    hacia todos los flancos
    sus pies innumerables alargaba.
    Y he pensado en sus ojos invisibles,
    los pilotos...