• Sublime virgen, a mi canto atiende,
    y si mi nombre el eco de la fama
    repite un día y te alboroza el pecho,
    di, virgen mía, que tu amor me inflama.

    Tu amor es quien mi párpado humedece,
    tu amor el que da sones a mi lira,
    tu amor es el que acalla mis pesares,
    tu amor quien este cántico me inspira.

    Por Delia suspiró Tibulo...

  • Una vez sola, o numen de alegría,
    una vez sola endulza mis cantares,
    los de aquel que jamás pulsó su harpa
    sino al claror de antorchas funerales.

    Hoy el amor, cual amo, me avasalla,
    él me arrastra hasta el pie de sus altares,
    él mi labio desata... Dios o monstruo,
    tú enfrenas por un día mi coraje.

    A la puerta divina de tu templo
    ...

  • Todo es penar, o amigas, todo es llanto
    para aquel que sin término camina,
    y que, luchando sin cesar, en tanto
    que tierno afecto el corazón domina,
    se desprende de todo, y llora, y gime,
    y obedece al destino que le oprime.
    Aislado siempre, y siempre solitario
    en medio del gentío,
    en su mente recorre el tiempo vario,
    que aún tiene...

  • Tú vives, cara hermana, todavía,
    y el desgraciado huérfano que vaga
    por lejanas regiones, desconfía
    si hay quien lamente su fortuna aciaga.
    Respiras, Soledad, y la alegría
    ni un solo instante el corazón halaga.
    ¡Ay! Sí, vives, y me amas; mas los mares
    te impiden consolarme en mis pesares.

    ¡Quien sabe si entre tanto que mi pecho...

  • ¿Quién es, Pirra, ese amante que a tu lado,
    sobre un lecho de flores recostado,
    te contempla, te admira, te acaricia,
    te estrecha entre sus brazos amoroso,
    y con lánguido acento voluptuoso
    te dice su delicia?
    ¿En qué sitio te jura ese imprudente,
    embriagado de amor y de ternura,
    incauto contemplando tu hermosura,
    ser tuyo...

  • Yo vi, sobre la cima de los Andes,
    al indio ennegrecido y medio hambriento
    rodar entre las rocas y la nieve;
    yo le vi maldecir su nacimiento,
    cuando, al mando despótico del hombre,
    doblaba su cerviz ensangrentada,
    por los golpes y el peso quebrantada.

    Y cuando murmuraba su infortunio,
    y tal vez recordaba suspirando
    el lecho de su esposa...

  • Hermosa ninfa del Manzanares,
    dame un suspiro que soy poeta;
    ¡tú te sonríes! -Pobre coqueta,
    ¡si padecieses cual yo pesares!
    Jamás he amado,
    nunca amaré;
    contra el dios niño harto he luchado
    y lucharé.

    Laura, soy feo pero sensible,
    mis ojos, bella, también se inflaman;
    entre los miles que tiernos te aman
    que otro...

  • Allá lejos, al pie de la colina,
    marcha con pasos trémulos Fileno,
    cadavérico y triste, cual camina
    quien no bebió jamás sino veneno.

    Preparado tal vez en copa de oro,
    y servido a la luz de mil bujías;
    que el universo juzga que un tesoro
    basta para dar penas y alegrías.

    Fileno lo dirá, que largos años
    de perlas y diamantes se...

  • Amor, devora el alma de tu esclavo,
    devórala en un día;
    o deja que mi pecho candoroso
    en torrentes se exhale de armonía.

    Ya no tiemblo, no tiemblo... el Dios que inspira
    al genio creador es quien me inflama;
    Él dio temple a las cuerdas de mi lira,
    Él raudales de voz en mí derrama.

    No es más grata la fuente en el desierto,
    ...

  • ¡Oh patria, patria, a Dios por largos años,
    y quizás por la vida! -Patria amada,
    te devoran los pérfidos engaños,
    y la víctima pura es inmolada.

    Yo que, anegado en lágrimas, camino
    sobre el suelo adorado en que naciera,
    no soy el infeliz que contamino,
    cual dicen, con mi acento tu ribera.

    Yo mísero en mis sueños solamente
    la dicha...