Ahí, tendido en la desierta arena,
cual gladiador vencido,
náufrago buque, con amarga pena
contemplo rotos tu poder, tu gloria;
y el mar sañudo, que a tus pies resuena,
parece, al son de sus movibles olas,
celebrar tu desastre y su victoria.

¿Quién lo...

 Dime, luz misteriosa,
 Que ante mis ojos vagas,
 Y mi interés despiertas,
 Y mi vigilia encantas,
    
 ¿Eres quizás del cielo
 Lumbrera destronada,
 Que por la tierra mísera
 Peregrinando pasas?
    
 ¿Eres un genio o silfo
 De...

Ni el bien pasado ni el dolor presente
nunca turbaron tu impasible calma,
y, en excelsa región puesta la mente,
no hay una sombra en tu serena frente
ni hay una duda que te angustie el alma.

Tal, de las nubes traspasando el velo,
para bañarse en la perpetua...

Da grima ver tanto europeo ingrato
que llega hambriento y con el pie desnudo,
y calumnia después, grosero y rudo,
al suelo que le dio pan y zapato.
Dejaron de sus patrias las riberas
donde quizá no fueron ni criados,
y vienen a las nuestras, escapados
...

Feliz jazminero, ya cubren el muro
Los verdes renuevos que plácido ostentas,
Y ya al blando soplo del céfiro puro
Frondosas guirnaldas erguido presentas.

Y grato parece que próvido alzando
Los tallos flexibles que inquieto cimbreas,
Y sombra y frescura...

Lírica gracia exorna y ennoblece
¡oh proletario! Tu mansión mezquina:
el tiesto con la planta que florece,
la jaula con el pájaro que trina.

Sospechoso el tugurio no parece,
Cuando hay en él, como señal divina,
El tiesto con la planta que florece,
La...

Tú, cuyo pecho sin cesar se afana
con desvelo tan puro y tan ardiente
por el progreso y la ventura humana,
no el lauro esperes a tu noble frente.
El premio considera que tributa
a la virtud de Arístides Atenas;
de Sócrates recuerda la cicuta
y de Colón...

Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte!
Medrosas tiritan tus hojas menguadas.
Naranjo en la corte, qué pena da verte
con tus naranjitas secas y arrugadas.
Pobre limonero de fruto amarillo
cual pomo pulido de pálida cera,
¡qué pena mirarte, mísero...

En el puro azul de cielo
de esos ojos que en mí fijas,
en las doradas sortijas
de tu finísimo pelo,
y de tu corpóreo velo
en las otras ricas galas,
hermoso niño, te igualas
con los ángeles de modo,
que para serlo del todo
solo te faltan las...

Dime, niño adorado
de los labios de rosa,
de ojos grandes y verdes
como el verde del mar:
De qué estrella caíste
y en qué trágica fosa:
Tan bello eres que, al verte,
dan ganas de llorar.

Tal vez porque al mirarte
con tan hondo cariño,...