• Ya que eres grata como el cariño
    ya que eres bella como el querub,
    ya que eres blanca como el armiño,
    ¡sé siempre ingenua, sé siempre tú!

    El torpe engaño que el vicio fragua
    nunca se aviene con la virtud.
    ¡Sé transparente como es el agua,
    como es el aire, como es la luz

    Que tu palabra -dulce armonía
    que tu alma exhala como un laúd,...

  • ¡Tu belleza mirífica no asoma
    y en éxtasis escucho tu voz clara,
    que llega del jardín cual un aroma,
    pero cual un aroma que cantara!

    ¡Endulzas con tu acento un mar de acíbar
    y en éxtasis escucho tu voz clara,
    que viene de un amor, cual un almíbar,
    pero cual un almíbar que cantara!

  • I

    Oh mi ciudad querida, hoy tan lejana
    y tan inaccesible a mi deseo,
    que al evocarte en mi memoria creo
    que fuiste un sueño de mi edad temprana!

    Te evoco así, como a quimera vana,
    y al evocarte, sin cesar te veo
    resplandecer bajo el ardor febeo
    sobre la gran quietud de la sabana.

    Y al pensar que en ti van, hora tras hora,
    ...

  • La mar, tras la borrasca, se estremecía sorda
    del moribundo día a la dudosa luz,
    cuando yo, sobre el puente, de pechos en la borda,
    pensaba así, mirando la inmensidad azul:

    Bajo la frágil tabla donde al azar me fío,
    ¿qué pasa en los abismos recónditos del mar?
    ¿Qué ley rige ese mundo desconocido y frío,
    sumido en los horrores de eterna oscuridad?...

  • Primogénita ilustre del Plata,
    En solar apertura hacia el Este.
    Donde atado a tu cinta celeste
    Va el gran río color de león;
    Bella sangre de prósperas razas
    Esclarece tu altivo salvaje
    Pinta su nombre sazón.

    Arca fuerte de nuestra esperanza.
    Fuste insigne de nuestro derecho.
    Como el bronce leal sobre el pecho
    Asegura al país...

  • Ese del cabello cano
    como la piel del armiño,
    juntó su candor de niño
    con su experiencia de anciano;
    cuando se tiene en la mano
    un libro de tal varón,
    abeja es cada expresión
    que, volando del papel,
    deja en los labios la miel
    y pica en el corazón.

  • Si supieras, niña ingrata,
    lo que mi pecho te adora;
    si supieras que me mata
    la pasión que por ti abrigo;
    tal vez, niña encantadora,
    no fueras tan cruel conmigo.

    Si supieras que del alma
    con tu desdén ha volado
    fugaz y triste la calma,
    y que te amo más mil veces,
    que las violetas al prado
    y que a los mares los peces;

    tal...

  • Siempre que miro, Clorinda,
    tu hermosura, te cotejo
    con el indio tominejo,
    por lo pequeña y lo linda:
    por su pequeñez graciosa,
    entre las flores semeja,
    aún más que pájaro, abeja
    o brillante mariposa.
    Es su pico fina aguja,
    dos puntos sus ojos son;
    mas con tanta perfección
    el Creador la dibuja,
    que en hermosura rival...

  • Descubridor de un mundo y adivino,
    ¡quién añade a mi lira cuerdas nuevas!
    ¡quién da a mis manos el laúd divino
    del lírico de Tebas,
    o de aquel por quien osa
    la palma a Tebas disputar Venosa!
    ¡Lograra entonces con ingenio y arte
    dignos de tu grandeza celebrarte!
    Que igualarla tan solo alcanzaría
    de aquellos dos el portentoso metro
    a...

  • ¡Desgraciado Almirante! Tu pobre América,
    tu india virgen y hermosa de sangre cálida,
    la perla de tus sueños, es una histérica
    de convulsivos nervios y frente pálida.

    Un desastroso espirítu posee tu tierra:
    donde la tribu unida blandió sus mazas,
    hoy se enciende entre hermanos perpetua guerra,
    se hieren y destrozan las mismas razas.

    Al ídolo de...