• Oda

    De los tres cielos que recorre el hombre
    de la existencia en la medida impía,
    cuando la gloria me enseñó tu nombre
    yo estaba en el primero todavía.
    La pena que del pecho
    hasta el abismo lóbrego desciende,
    y del cadáver de un amor deshecho
    finge flotando en derredor del lecho
    la aparición bellísima de un duende;
    la sombra a cuyo peso...

  • Reina la noche: con silencio grave
    gira los sueños en el aire vano;
    cándida, pura, el silencioso llano
    viste la luna de su luz suave.
    ¡Hora de paz!... Aquí, do a nadie miro,
    en esta cumbre, alzado,
    heme, Señor, del mundo abandonado.

    ¡Cómo embelesa la quietud augusta
    de la natura, a la sensible alma
    que oye su voz, y en deleitosa calma...

  • Ojos hermosos
    de mi Dorisa:
    yo os vi al reflejo
    de luces tibias...
    ¡Noche felice,
    no te me olvidas!
    Turbado y mudo
    quedé a su vista,
    susto de muerte
    me atemoriza,
    y sólo huyendo
    pude evadirla.

    Ojos hermosos:
    yo así vivía,
    cuando amor fiero
    gimió de envidia.
    Quiso que al yugo
    la cerviz rinda,...

  • Después de un año entero
    Venus ¡ay! no te cansas de abrasarme,
    ni tú, Cupido fiero,
    con inmortal dolor de atormentarme,
    aunque en llanto sumido,
    y de pena me tengas consumido.

    El congreso sagrado
    que en Francia destruyó la tiranía
    por otros sea loado,
    y del brazo francés la valentía,
    que hiende en un instante
    ...

  • Planeta de terror, monstruo del cielo,
    errante masa de perennes llamas
    que iluminas e inflamas
    los desiertos del Éter en tu vuelo;
    ¿Qué universo lejano
    al sistema solar ora te envía?
    ¿Te lanza del Señor, la airada mano
    a que destruyas en tu curso insano
    del mundo la armonía?

    ¿Cuál es tu origen, astro pavoroso?
    El sabio laborioso...

  • No creía que algún día aprenderé morir;

    Eternamente joven, envuelto en mi capa,

    Mis ojos soñadores levantaba hacia la estrella

    De la soledad.

    Súbitamente llegaste en mi camino,

    Tú, sufrimiento, dolorosamente dulce...

    Hasta el fondo bebí la voluptuosidad de la muerte

    Implacable.

    Patéticamente estoy ardiendo vivo, atormentado como Neso,...

  • Oh, primavera de las amapolas,
    Tú que floreces para bien mi casa,
    Luego que enjoyes las corolas,
    Pasa.

    Beso, la forma más voraz del fuego,
    Clava sin miedo tu endiablada espuela,
    Quema mi alma, pero luego,
    Vuela.

    Risa de oro que movible y loca
    Sueltas el alma, de las sombras, presa,
    En cuanto asomes a la boca,
    Cesa.

    ...

  • El alma anhela amor: ley es del cielo;
    y anhela aborrecer: ley de la tierra...
    Odio y amor, indefinible anhelo,
    que, del hombre infeliz, la historia encierra.
    Infeliz yo no soy, mas que un desvelo,
    una ilusión mi bienestar destierra.
    ¿Amaré a mi verdugo? Tengo miedo...
    Odiar a mi ilusión... ¡Ah! no, no puedo!

    Y ella acibara sin piedad mi vida;...