Guárdate tus sonrisas: mi corazón hastiado,
como fruto en sazón, a la tierra se inclina;
la senda ha sido larga, amiga: estoy cansado,
y quisiera gozar de mi hora vespertina.
Odio aquellos amores de folletín: mi herida
no mendiga limosnas de piedades ajenas.
Yo tengo...