Parábola

Es de noche y la ciudad dormida, duerme. Y el mar espera. Y la noche espera. Y en el cielo una sola estrella sola espera. Zumba de pronto un tranvía. Zumba que zumba en la vía. Sube la cuesta de una calle se balancea, zumba, cabecea y cae y sube ya fuera de la vía, sube un tranvía. .............................. En la línea del mar, donde el mar es mar y es cielo, en una isla, en la línea más alta del mar, un guarda y un motorman se abrazan, se restregan las manos se suben a los árboles se miran y sonríen. ... En una isla en la línea más alta del mar. Uno dice: "Qué bellas naranjas color de oro". y el otro alborozado: —El oro es un color ahora, camarada. El sol también es Sol y el agua, agua. Un color más tiene la vida ahora. Y nosotros más vida y menos muerte.

Collection: 
1926

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  • Sobre oscura losa,
    ojos sin nada
    y de cara al cielo.
    Con un puñal de hielo
    ardiendo en sus entrañas.
    Arriba, el mundo entero.
    El abajo,
    apretado de angustias.
    Sin lágrimas, sin pañuelo,
    ojos sin nada
    y de cara al cielo.

    ¿Quien...

  • Ya cantaban los gallos.
    Ya sonaban las campanas
    y él buscábase la frente
    hada la madrugada.
    Sobre calles y suburbios,
    sobre la ciudad toda,
    en un coro de gallos
    levantado y triste,
    él, desasido,
    se buscaba la frente
    hacia la madrugada...

  • A esa hora de la madrugada,
    hora en que los enfermos mueren,
    en que los cristales se enfrían,
    en que Dios nos olvida,
    a esa hora la ví.
    Una lenta lava triste, caminaba su cara.
    Mano de hueso, pie de sombra oscura,
    la boca manándole negruras,
    junto...

  • Brotando lenta, apacible y lenta,
    nacida de las cosas, como un milagro sin prisa
    la noche se estaba ahí, puesta.

    Era un milagro la noche, y era blanca.
    Las cosas todas eran blancas
    y blancas eras las casas de los hombres.

    Cerca, el mar estaba ausente.
    ...

  • ¡Muchachos...! A la quinta Recaeta, cada cual con su cometa. Ay, que la mía no sube. Ay, que sube Sube, sube, mi cometa y no el viento sino mi corazón le presta el movimiento. ¡Muchachos...! Ya no hay quinta Recaeta. Y sin embargo... Cada uno de nosotros, tenemos una cometa. Más allá de los...