• ¿Por qué, citando con voz mas dolorosa
    en llamarte me empeño,
    mientras la inmensa creación reposa,
    de mis cansados ojos más te alejas,
    hijo de la tranquila Noche umbrosa,
    blando, plácido Sueño?
    ¿Por qué tan sólo a mis dolientes quejas
    negando oído, a los vivientes todos
    en profunda quietud sumidos dejas,
    de tu licor dulcísimo beodos?...

  • ¿Con qué culpa tan grave,

    sueño blando y suave,

    pude en largo destierro merecerte

    que se aparte de mí tu olvido manso?

    Pues no te busco yo por ser descanso,

    sino por muda imagen de la muerte.

    Cuidados veladores

    hacen inobedientes mis dos ojos

    a la ley de las horas;

    no han podido vencer a mis dolores

    ...

  • En otro tiempo huías
    de mis llorosos ojos, sueño blando,
    y tus alas sombrías
    lejos de mí batías,
    el vuelo en otros lechos reposando.

    A aquel lecho volabas
    en que guardan la paz las mudas horas,
    y el mío abandonabas,
    porque en él encontrabas
    en vigilia a las penas veladoras.

    Donde quiera que miras
    lecho revuelto en ansias de...

  • Desde el umbral de un sueño me llamaron...
    Era la buena voz, la voz querida.
    -Dime: ¿vendrás conmigo a ver el alma?....
    Llegó a mi corazón una caricia.
    -Contigo siempre....Y avancé en mi sueño
    por una larga, escueta galería,
    sintiendo el roce de la veste pura
    y el palpitar suave de la mano amiga.

  • El rojo sol de un sueño en el Oriente asoma.
    Luz en sueños. ¿No tiemblas, andante peregrino?
    Pasado el llano verde, en la florida loma,
    acaso está el cercano final de tu camino.
    Tú no verás del trigo la espiga sazonada
    y de macizas pomas cargado el manzanar,
    ni de la vid rugosa la uva aurirrosada
    ha de exprimir su alegre licor en tu lagar....

  • Sueño, que lento y pesado
    mis sentidos acometes,
    y uno a uno los sometes
    a tu imperio dilatado:

    tú en prisión pones la vista
    y gusto y tacto en olvido:
    pierde el olfato la pista,
    y, aunque el último, el oído
    también cede a tu conquista

    Y así dominas el fuerte,
    y dejas de guarnición
    la eficaz respiración
    para que impida a...

  • Yo vi dos soles rojos dominando el espacio
    Perlaban en sus rayos las luces de topacio
    y tendí mis dos manos hambrientas de infinito
    para estrujar en ellas un inefable mito.

    Las dos pupilas rojas como rosas del cielo
    cegaron mis pupilas, soberbias en su anhelo
    de mirar cara a cara los toques de diamantes.

    Después, como un crujido de nudos que se...

  • El sueño bajo el sol que aturde y ciega,
    tórrido sueño en la hora de arrebol;
    el río luminoso el aire surca;
    esplende la montaña;
    la tarde es polvo y sol.
    El terrible caracol del viento
    ronco dormita en el remoto alcor;
    emerge el sueño ingrave en la palmera,
    luego se enciende en el naranjo en flor.
    La estúpida cigüeña
    su...

  • Soñé que comulgaba, que brumas espectrales
    envolvían mi pueblo, y que Nuestra Señora
    me miraba llorar y anegar su Santuario.

    Tanto lloré, que al fin mi llanto rodó afuera
    e hizo crecer las calles como en un temporal;
    y los niños echaban sus barcos papeleros,
    y mis paisanas, con la falda hasta el huesito,
    según se dice en la moda de la provincia,...

  • Soñé que la ciudad estaba dentro
    del más bien muerto de los mares muertos.
    Era una madrugada del invierno
    y lloviznaban gotas de silencio.

    No más señal viviente, que los ecos
    de una llamada a misa, en el misterio
    de una capilla oceánica, a lo lejos.

    De súbito me sales al encuentro
    para volar a ti, le dio su vuelo
    el Espíritu Santo a mi...