• ¿Dónde corres, Cupido,
    a la luz de tus fuegos,
    seguido de tu madre
    tan alegre y contento?
    Para más bien, y llora:
    no todos son tus siervos;
    la joven que yo adoro
    se resiste a tu imperio.

    Deja ya ese arco flojo
    por el uso y el tiempo,
    ni tu dorada aljaba
    penda de tu hombro bello,
    y apaga de tu tea
    el ya lánguido...

  • Amoroso retrato
    Quiero ofrecer de Anarda al rostro ingrato;
    Sombras son mis tormentos,
    Varios colores son mis pensamientos.
    Es pintor amoroso
    El amor ingenioso,
    Y en gloria satisfecha
    Es lienzo el corazón, pincel la flecha.

  • De vista y muy de pasada
    nos conocemos los dos,
    y la tuya, vive Dios,
    no es vista para olvidada.

    Mas tú verás, si me escuchas
    con la atención que te pido,
    que el no habernos conocido
    tiene ventajas, y muchas.

    ¡Cuánta alabanza podemos
    decir recíprocamente
    de los dos..., precisamente
    porque no nos conocemos!

    Tú dirás que...

  •  
    TÚ que vas á su lado
    Podrás decirle mi mortal desvelo,
    Podrás decirle que en mi triste vida
            Él es mi solo anhelo;
            Que en mi pecho grabado
    Llevo su rostro pálido y querido,
    Que lo idolatro como á un bien hallado
    Y que lo lloro como un bien perdido.

     
    Vino pues á mi lado,
    Me habló de tu desvelo

    ...

  • Delinquiría
    de leso corazón
    si no anegara con mi idolatría,
    en lacrimosa ablución,
    la imagen de la párvula sombría.

    Retrato para quien mi llanto mana
    a la una de la mañana,
    reflejando en su sal, que va sin brida,
    la minúscula frente desmedida...

    Cejas, andamio
    del alcázar del rostro , en las que ondula
    mi tragedia mimosa, sin...

  • A mi hermana Magdalena

    ¡Qué dignos son de risa
    esos hombres soberbios,
    que piensan perpetuarse
    pintándose en los lienzos!
    De blasones ilustres
    sus cuadros están llenos,
    de insignias y de libros
    y pomposos letreros.
    De este modo ellos piensan
    que sus retratos viejos
    serán un gran tesoro
    a sus hijos y nietos,
    y...

  • Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed.
    Unos ojos de hastío y una boca de sed...
    Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe...
    Calaveradas, amoríos... Nada grave,
    Un poco de locura, un algo de poesía,
    una gota del vino de la melancolía...
    ¿Vicios? Todos. Ninguno... Jugador, no lo he sido;
    ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido.
    Bebo, por...

  • Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
    y un huerto claro donde madura el limonero;
    mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
    mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
    Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido
    —ya conocéis mi torpe aliño indumentario—;
    mas recibí la flecha que me asignó Cupido
    y amé cuanto ellas pueden...

  • RETRATO A PLUMA

    Me mandas, caprichosa Dorotea,
    que te haga en un soneto tu retrato,
    y pues no soy ni descortés, ni ingrato,
    acepto gustosísimo tu idea.

    No soy de los que dicen que eres fea.
    ¡Quien lo diga es un necio, un mentecato!
    Yo probaré, cumpliendo tu mandato,
    que eres casi una Venus Citerea.

    Voy a empezar... Con el deseo...

  • ¿Dónde, Elena, en qué parte
    del tan vario universo,
    hallar podrá mi verso
    bellezas a que pueda asemejarte?
    ¿Con qué esfuerzo del numen o del arte
    acertaré a formar tu fiel traslado?
    Entre imágenes tantas que, de aquellos
    y estos objetos bellos
    que ofrece a los sentidos lo creado,
    en sus inmensos senos cada día
    la memoria riquísima...