• «Solo me miro en la tierra;
    cual con tenaz enemigo,
    están las cosas en guerra,
    desde que nací, conmigo;
    y un espíritu a mí adverso
    reside en el universo.
    »No consiente el mar turbado
    que a surcarle yo me atreva,
    y la tierra mal su grado
    en sus espaldas me lleva,
    y me tienen odio ciego
    aire, tierra, mar y fuego.
    »Mujer...

  • I

    Ardiente Numen mío,
    de quien es alma patriotismo santo;
    tú que fuiste el primero
    en levantar el indignado canto
    contra el ultraje del inicuo Ibero,
    y la voz despertando de otros vates,
    con tu clamor guerrero
    encendiste la patria a los combates:
    hoy que triunfante sonreír la miras,
    al universo cuenta
    la vengadora lid y...

  • No la profunda paz apetecida
    y el usado silencio aquí se advierte,
    que hoy anima el bullicio, de la vida
    el dormido palacio de la Muerte.
    Mas gente, a igual destino reservada,
    es bien que, suspendiendo su alegría,
    a conocer aprenda la morada
    que para siempre ha de habitar un día.
    ¡Cuántos de los que aquí mueven el paso,
    al lucir este día...

  • Dios con el hombre a quien ama
    siempre liberal y bueno,
    un eco le dio a su voz
    y dio una sombra a su cuerpo;
    queriendo así que, aunque huelle
    los más desnudos desiertos,
    del todo solo no vaya
    y lleve dos compañeros.
    Al uno mudo contempla
    ir a sus pies en el suelo,
    su movimiento ajustando
    a su mismo movimiento.
    Al otro...

  • A un poeta

    «¿De qué me sirve el fulgoroso manto
    que oriental pedrería descolora,
    y el canto que supera todo canto?
    ¿Qué vale que la turba voladora
    rey me pregone, cuando el pecho mío
    la sed en vano del amor devora?
    De mi grandeza en el fatal vacío,
    si amor demanda el corazón sediento,
    le dan loores y respeto frío.
    Bien mi...

  • Rosana, tierna hermosura,
    hechizo y lustre de Lima,
    en su estancia solitaria,
    con mano diestra y prolija,
    mueve la aguja ligera
    por una roja camisa,
    de esas que el insigne nombre,
    deben al héroe de Niza.
    Para su novio la labra
    a quien puro amor la liga,
    artillero que guarnece
    de Junin la batería;
    ya su preciosa tarea...

  • I

    Llega, y con tono magistral y grave
    de la palabra al punto se apodera,
    y empieza a disertar sobre cualquiera
    materia, porque todas se las sabe.
    No habla más largo ni seguido el ave
    que nuestro idioma imita vocinglera;
    y aunque su voz apague la ronquera,
    ni remota esperanza hay de que acabe.
    Crece en tanto el fastidio, el tiempo...

  • Alza el caudillo de Israel la mano,
    tendiendo al mar la portentosa vara,
    y obediente a Moisés, el océano
    en dos mitades su caudal separa;
    y cual paredes de cristal, levanta
    a un lado y otro un gigantesco muro,
    y por el centro con enjuta planta,
    el pueblo de Israel pasa seguro.
    El fiero egipcio, que escaparse mira
    la presa que ya toca su...

  • De un pintado picaflor,
    de los campos maravilla,
    una incauta florecilla
    se prendó con loco amor.
    Mas, como es aquél al par
    de mariposa inconstante,
    no tardó la flor amante
    su esquivez en lamentar.
    Y al verle pasar a veces,
    en tristes voces así
    se le quejaba: «¡Ay de mí!»
    ¿Por qué, mi bien, me aborreces?
    ¿Qué te hice? ¿...

  • Un árbol que vegetaba
    en apartado sendero,
    así a un pájaro viajero
    con tristes voces hablaba:

    «Yo a la tierra estoy sujeto,
    y tú en el éter vacío
    te espacias a tu albedrío:
    tú vives y yo vegeto.
    ¡Ah! ¡Cuánta parte del mundo
    recorres en sólo un día,
    con sin igual alegría,
    con deleite sin segundo!
    Adonde te place vas,...