• A esa hora de la madrugada,
    hora en que los enfermos mueren,
    en que los cristales se enfrían,
    en que Dios nos olvida,
    a esa hora la ví.
    Una lenta lava triste, caminaba su cara.
    Mano de hueso, pie de sombra oscura,
    la boca manándole negruras,
    junto a mi cama estaba.

  • ¡Oh ciudad silenciosa de los muertos!
    En ti se apaga el huracán humano,
    cual muere al pie de las tranquilos puertos
    el estruendo y furor del océano.
    Tú el sólo asilo de los hombres eres
    donde olviden del hado los rigores,
    sus ansias, sus dolores, sus placeres
    que no son en rigor sino dolores.
    Parece que me invitas a que vaya
    en ti a...

  • I

    Iba la más oscura taciturna
    y triste Hora nocturna
    moviendo el tardo soñoliento vuelo
    por el dormido cielo,
    cuando, dejando mi alma
    en brazos del hermano de la Muerte
    a su cansado compañero inerte,
    libre de su cadena,
    voló a su patria desde el turbio Sena.
    Y toda en breve punto recorriola,
    desde el postrero linde...

  • ¿Eres un imposible? ¿Una quimera?
    ¿Un sueño hecho carne, hermosa y viva?
    ¿Una explosión de luz? Responde esquiva
    maga en quien encarnó la primavera.

    Tu frente es lirio, tu pupila hoguera,
    tu boca flor en donde nadie liba
    la miel que entre sus pétalos cautiva
    al colibrí de la pasión espera.

    ¿Por qué sin tregua, por tu amor suspiro,
    si no...

  • Se sueña, se presiente, se adivina,
    Estremécese el labio y no la nombra;
    El alba la ve huir de la colina
    Velada entre los pliegues de la sombra,

    Espira el meláncolico perfume
    De la rosa de unfénetro olvidada;
    Se deshace en incienso, se consume
    A la rápida luz de una mirada.

    Hermana de la tarde, pensativa
    En el fondo del valle...

  • «-¿Quién eres tú que, en la apartada cumbre,
    coronada de nieblas,
    huyes de la azorada muchedumbre
    y con tus sueños tu desierto pueblas?
    -Ven.»
    Sobre el ígneo coche
    de rápidos, flamígeros corceles
    crucé con él las sombras de la noche,
    y surcamos los ámbitos profundos
    del no medido espacio,
    a través de los soles y los mundos.
    «-¿...

  •  
    ¡QUÉ bella es! dulcísimos sus ojos,
            Miradas de paloma...
    La tez, como la aurora sonrosada
            Que por Oriente asoma...
    Como coral los labios, y la frente
            Serena como el lago
    Que no rizára nunca mansamente
    De juguetonas brisas el halago...

    Mórbido el seno, terso, alabastrino,
    ¡Nido de castidad, cuna tranquila...

  • Cielo y mar
    Cielo y mar – Un barco solitario
    Cielo y mar

    Cielo y mar
    Cielo y mar – El horizonte en torno
    Cielo y mar

    Cielo y mar
    Cielo y mar – Brusco rumor de olas
    Cielo y mar

  • ¿Quién te verá, ciudad de manzanilla,
    amorosa ciudad, la ciudad más esbelta,
    que encima de una torre llevas puesto: Sevilla?

    Dolor a rienda suelta:
    la ciudad de cristal se empaña, cruje.
    Un tormentoso toro da una vuelta
    al horizonte y al silencio, y muge.

    Detrás del toro, al borde de su ruina,
    la ciudad que viviera
    bajo una cabellera de...

  • A Ernesto Noboa

    ¿Qué habrá sido de aquella morenita,
    trigo tostado al sol –que una mañana–
    me sorprendió mirando a su ventana?
    Tal vez murió, pero en mí resucita.

    Tiene en mi alma un recuerdo de hermana
    muerta. Su luz es de paz infinita.
    Yo la llamo tenaz en mi maldita
    cárcel de eterna desventura arcana.

    Y es su reflejo indeciso...