• En el país perfumado que el sol acaricia,
    Yo he conocido, bajo un dosel de árboles empurpurados
    Y palmeras de las que llueve sobre los ojos la pereza,
    A una dama criolla de encantos ignorados.

    Su tez es pálida; la morena encantadora
    Tiene en el cuello un noble amaneramiento;
    Alta y esbelta, al marchar como una cazadora,
    Su sonrisa es tranquila y sus...

  • ¡Oh! ¿dime qué pesar tu seno encubre,
    qué triste desencanto
    en esa tu faz bella,
    dejó de un amarguísimo quebranto
    la dolorosa huella?
    ¿Porqué te hastías
    en medio de la fiesta rumorosa,
    en que brindan risueñas alegrías
    tanto airoso galán y tanta hermosa?
    ¿De un placentero amor lloras acaso
    la pérdida doliente,
    que fiero se llevó...

  • Qué linda cara que tienes,
    válgate Dios por muchacha,
    que site miro, me rindes
    y si me miras, me matas.

    Esos tus hermosos ojos
    son en ti, divina ingrata,
    harpones cuando los flechas,
    puñales cuando los clavas.

    Esa tu boca traviesa,
    brinda entre coral y nácar,
    un veneno que da vida
    y una dulzura que mata.

    En ella las...

  •  
    A NAdie mirais, Señora,
    Que, si no le falta el seso,
    No quede luego á la hora
    De vuestros amores preso;
    Que os hizo Dios soberano
    Tan hermosa y escogida,
    Que es partido muy mas sano
    La muerte de vuestra mano
    Que de otra mano la vida.

    Y con tal conocimiento,
    Despues que yo triste os ví,
    Sin placer vivo contento,
    ...

  •  
    Sobre la piedra sembré,
    Vana fué mi confianza;
    Sobre polvo edifiqué:
    Revés recibio mi fe
    Y desvio mi esperanza.
    Vuestro nombre me engañó,
    Mas el sobrenombre no;
    Que con obras desengaña.
    Tras el ángel iba yo;
    Diablo se me tornó
    Al entrar en la montaña.

  • El corazón se me fue
    donde vuestro vulto vi,
    e luego vos conocí
    al punto que vos miré;

    que no pudo facer tanto,
    por mucho que vos cubriese
    aquel vuestro negro manto,
    que no vos reconosciese.

    Que debajo se mostraba
    vuestra gracia y gentil aire,
    y el cubrir con buen donaire
    todo lo manifestaba;

    así que con mis enojos...

  • Un tiempo, oh insigne espada,
    en defensa del honor
    y la libertad sagrada,
    te esgrimió el mismo Valor
    con mano jamás domada.
    Desde tu primer ensayo,
    fuiste por siniestra lumbre
    relámpago que desmayo
    dio a la opuesta muchedumbre,
    y al herir certero rayo.
    Desde el ocaso a la aurora
    celebrada por do quiera,
    Iberia tus danos...

  • ¿Quién eres tú, lucero misterioso,
    Tímido y triste entre luceros mil,
    Que cuando miro tu esplendor dudoso,
    Turbado siento el corazón latir?
    ¿Es acaso tu luz recuerdo triste
    De otro antiguo perdido resplandor,
    Cuando engañado como yo creíste
    Eterna tu ventura que pasó?
    Tal vez con sueños de oro la esperanza
    Acarició su...

  • ¡Princesa del divino imperio azul, quién besara tus labios
    luminosos!

    ¡Yo soy el enamorado extático que, soñando mi sueño de
    amor, estoy de rodillas, con los ojos fijos en tu inefable claridad,
    estrella mia que estas tan lejos!. ¡Oh, cómo ardo de celos, cómo
    tiembla mi alma, cuando pienso que tú, cándida hija de la Au-
    rora, puedes fijar tus miradas en el...

  • Aquí yace Estefanía,
    flaca y aguda mujer,
    que bien pudo aguja ser,
    pues sólo un ojo tenía.

    Momia, esqueleto de alambre,
    en torno a sus hueso vanos
    yacen también los gusanos,
    porque se murieron de hambre.