El corazón se me fue donde vuestro vulto vi, e luego vos conocí al punto que vos miré; que no pudo facer tanto, por mucho que vos cubriese aquel vuestro negro manto, que no vos reconosciese. Que debajo se mostraba vuestra gracia y gentil aire, y el cubrir con buen donaire todo lo manifestaba; así que con mis enojos e muy grande turbación allá se fueron mis ojos do tenía el corazón.
A una dama que iba cubierta
Collection:
1432
More from Poet
-
Estando no descuidado del rebato venidero, mas a guisa de guerrero siempre medio salteado, oí tocar atabales, tamboriles e trompetas; a la hora mis secretas pasiones muy desiguales miedos me ponen mortales. Con una grand turbación de los sones tanto fieros, que los daños venideros, temelos el...
-
El corazón se me fue donde vuestro vulto vi, e luego vos conocí al punto que vos miré; que no pudo facer tanto, por mucho que vos cubriese aquel vuestro negro manto, que no vos reconosciese. Que debajo se mostraba vuestra gracia y gentil aire, y el cubrir con buen donaire todo lo manifestaba;...