• Dice Vauvenargues que en los jardines públicos hay paseos frecuentados principalmente por la ambición venida a menos, por los inventores desgraciados, por las glorias abortadas, por los corazones rotos, por todas esas almas temblorosas y cerradas en que rugen todavía los últimos suspiros de una tempestad, que se alejan de la insolente mirada de los satisfechos y de los ociosos. En estos...

  • En un hermoso jardín, donde los rayos del sol otoño parecían rezagarse a gusto, bajo un cielo verdoso ya, con nubes de oro flotantes como continentes viajeros, cuatro bellos niños, cuatro muchachos, cansados sin duda del juego, hablaban entre sí.

    Uno decía: «Ayer me llevaron al teatro. En palacios grandes y tristes, al fondo de los cuales se ve el mar y el cielo, unos hombres y unas...

  • ¡Oh voces silenciosas de los muertos!
    Cuando la hora muda
    y vestida de fúnebres crespones,
    desfilar haga ante mis turbios ojos
    sus fantasmas inciertos,
    sus pálidas visiones...
    ¡Oh voces silenciosas de los muertos!
    En la hora que aterra
    no me llaméis hacia el pasado oscuro,
    donde el camino de la vida cruza
    los valles de la tierra....

  • La espiga.

    MIRA el signo, sutil que los dedos del viento

    Hacen al agitar el tallo que se inclina
    Y se alza en una rítmica virtud de movimiento.
    Con el áureo pincel de la flor de la harina

    Trazan sobre...

  •  Ya puestos en camino,
    la fuerza propulsora de la marcha
    nos impele a seguir, con la serena
    actitud, sin desmayos, de la causa
    sustentora de un ideal glorioso,
    que luce sus ensueños de esperanza
    como flámulas rojas que flotasen
    en girones de carnes torturadas.
    Nos impele a seguir. Siempre la...

  •        El viento está lavando las nubes.
    Toma una nave negra,
    la empapa en lluvia,
    la retuerce en seguida,
    la golpea contra el molino,
    nos moja el campo,
    lava el cielo,
    y sale la nube blanca
    de negra que era,
    para ir a colgarse
    en el hilo del horizonte,
    a secarse.

  • YO creo que se ama en la otra vida
            Lo que amamos aquí.
    Comprendo que allá hay almas que me esperan
            Mientras puedo morir.
    Atravieso sufriendo y esperando
            Esta vida infeliz
    Porque los lazos que rompió la muerte
            Se volverán á unir.
    ¡Ah, si el morirme fuera, oh madre mía!
    No verte allá jamás... ¡que horrible...

  • I
    Por capricho
    soy soltero
    que el lechero
    gozar debe libertad:
    y no tengo
    más vestido
    que un bonete
    carcomido,
    y un raído chiripá.
    Pero el mundo
    todo es mío:
    yo en un río
    sé nadar;
    yo en el campo soy un viento
    y en el pueblo me presento
    sin deseos
    más constantes
    que tener buenos...

  • De las eternas musas el reino soberano
    Recorres, bajo un soplo de vasta inspiración,
    Como un rajá soberbio en su elefante indiano
    Por sus dominios pasa de rudo viento al son.

    Tú tienes en tu canto como ecos de Oceano;
    Se ven en tu poesía la selva y el león;
    Salvaje luz irradia la lira que en tu mano
    Derrama su sonora, robusta vibración.

    Tú el...

  • Episodio de la mía
    es la historia de una rosa,
    tan punzante como hermosa;
    una Rosa a quien yo amé.
    En mi huerto se abrió un día;
    de mi huerto la arrancaron,
    a la corte la llevaron,
    y tras ella mi alma fué.

    De una reina al pie del trono
    la pusieron, y aromaba
    el palacio donde estaba
    como un búcaro oriental;
    a la corte daba...