• Río de las Siete Estrellas,
    camino del Libertador,
    sangre del Corazón de América,
    ¡aorta que no sale del corazón!

    Río delgado de las fuentes
    río colérico de los saltos,
    río de las siete estrellas,
    que en la Fuente no llenas el hueco de las manos
    y luego eres el sueño de un mar sin continencia!

    Río brujo, que te pintas de todos los cielos...

  • En las tierras cenicientas, calcinadas, sin verdor,
    Como yo me lamentara un día a la Natura,
    Mientras mi pensamiento vagaba al azar,
    Agucé lentamente sobre mi corazón el puñal,
    Y vi en pleno mediodía descender sobre mi cabeza
    La nube fúnebre y pesada de una tempestad,
    Que llevaba un tropel de demonios viciosos,
    Parecidos a enanos crueles y curiosos....

  • Soy hermosa, ¡oh, mortales! cual un sueño de piedra,
    Y mi pecho, en el que cada uno se ha magullado a su vez,
    Está hecho para inspirar al poeta un amor
    Eterno y mudo así como la materia.

    Tengo mi trono en el azar cual una esfinge incomprendida;
    Uno un corazón de nieve a la blancura de los cisnes;
    Aborrezco el movimiento que desplaza las líneas,
    Y...

  • He de encomiar en verso sincerista
    la capital bizarra
    de mi Estado, que es un
    cielo cruel y una tierra colorada.

    Una frialdad unánime
    en el ambiente, y unas recatadas
    señoritas con rostro de manzanas
    ilustraciones prófugas
    de las cajas de pasas.

    Católicos de Pedro el Ermitaño
    y jacobinos de época terciaria.
    (Y se odian los...

  • Bajo la calma del sueño,
    calma lunar de luminosa seda,
    la noche
    como si fuera
    el blanco cuerpo del silencio,
    dulcemente en la inmensidad se acuesta.
    Y desata
    su cabellera,
    en prodigioso follaje de alamedas.

    Nada vive sino el ojo
    del reloj en la torre tétrica,
    profundizando inútilmente el infinito
    como un agujero abierto...

  • En su retiro de algodón,
    con suave aliento, duerme el aura:
    en su nido de seda y lana,
    el aura de alegre mentón

    Cuando el aura levanta su ala,
    en su retiro de algodón
    y corre do la flor lo llama
    su aliento es un fruto en sazón.

    ¡Oh, el aura quintaesenciada!
    ¡Oh, quinta esencia del amor!
    ¡Por el rocío enjugada,
    qué bien me...

  • Aliento de la mañana
    que vas robando en tu vuelo
    la esencia pura y temprana
    que la violeta lozana
    despide en vapor al cielo:

    Dime, soplo de la aurora,
    brisa inconstante y ligera,
    ¿vas por ventura a esta hora
    al valle que te enamora
    y que gimiendo te espera?

    ¿O vas acaso a los nidos
    de los jilgueros cantores
    que en la...

  • ¡Oh, vellón, rizándose hasta la nuca!
    ¡Oh, bucles, ¡Oh, perfume saturado de indolencia!
    ¡Éxtasis! ¡Para poblar esta tarde la alcoba oscura
    Con los recuerdos adormecidos en esta cabellera
    Yo la quiero agitar en el aire como un pañuelo!

    ¡La lánguida Asia y la ardiente África,
    Todo un mundo lejano, ausente, casi difunto,
    Vive en tus profundidades, selva...

  • En el derruido muro
    de la huerta del convento,
    en un agujero oscuro
    donde, al pasar, silba el viento,

    y, como una dolorida
    queja a las piedras arranca,
    hay, en el fondo, escondida
    una calavera blanca.

    De algún fraile soñador
    de vida ejemplar y bella
    y dedicada al Señor,
    en el mundo única huella.

    Abre los ojos, sin fondo...

  • La calle en sombra. Ocultan los altos caserones
    el sol que muere; hay ecos de luz en los balcones.
    ¿No ves, en el encanto del mirador florido,
    el óvalo rosado de un rostro conocido?
    La imagen, tras el vidrio de equívoco reflejo,
    surge o se apaga como daguerrotipo viejo.
    Suena en la calle sólo el ruido de tu paso;
    se extinguen lentamente los...