• Indica hermosa del Antisana,
    virgen del claro, lindo raudal,
    a ti gacela, tarde y mañana,
    remedio pido para mi mal.

    ¿Padeces? Duro pesar me aqueja,
    tengo en el pecho yo no se qué:
    cabritos, vaca, pacos, oveja,
    todo, cuitado, todo dejé.

    Y ahora vengo montes y valles
    doquier llenando con mi gemir;
    tedio a la aldea, tedio a sus...

  • ¿Y en afán incesante, el rumbo incierto,
    Hacia otra, y otra, más lejana grilla,
    Rodando iremos sobre el mar desierto,
    Sin que un instante en apacible puerto
     Repose nuestra quilla?

    ¡Oh lago, un año se lia cumplido apenas;
    Y héme aquí solitario! ¡Sus pisadas
    No volverá á estampar en tus arenas...

  • EN EL ÁLBUM DE MI MADRE

    Siempre ¡patria! repites, madre mía,
    ¡cuánto quema la arena del Brasil!
    Siempre lloras, y en cruel melancolía
    caen las hojas de un mágico pensil.

    Siempre os miro del sol en el ocaso
    contemplando su pálido fulgor;
    siempre os miro siguiendo paso a paso
    del crepúsculo incierto el resplandor.

    Dime, dime: ¿en la patria...

  •   ¡Can sumiso y acólito, como el can de Durero;
     lazarillo cuadrúpedo, junto al Diablo y a la Muerte
     conduciendo leal y fuerte
     al Hombre en su sendero...!
     ¡Can sumiso y acólito, como el can de Durero!

      Y este ciego mendigo de rostro rasurado
     de procónsul de Roma, de trapense o de chalán,
     sigue a su guía y guardián
     porque Dios le ha cavado...

  • Ven sobre mi corazón, alma cruel y sorda,
    Tigre adorado, monstruo de aires indolentes;
    Quiero, por largo rato sumergir mis dedos temblorosos
    En el espesor de tu melena densa;

    En tus enaguas saturadas de tu perfume
    Sepultar mi cabeza dolorida,
    Y aspirar, como una flor marchita,
    El dulce relente de mi amor difunto.

    ¡Quiero dormir! ¡Dormir antes...

  • Estaba un ratoncillo aprisionado
    en las garras de un león; el desdichado
    en la tal ratonera no fue preso
    por ladrón de tocino ni de queso,
    sino porque con otros molestaba
    al león, que en su retiro descansaba.

    Pide perdón, llorando su insolencia;
    al oír implorar la real clemencia,
    responde el Rey en majestuoso tono
    (no dijera más Tito): «...

  • El limonero lánguido suspende
    una pálida rama polvorienta,
    sobre el encanto de la fuente limpia,
    y allá en el fondo sueñan
    los frutos de oro...
    Es una tarde clara,
    casi de primavera,
    tibia tarde de marzo
    que el hálito de abril cercano lleva;
    y estoy solo, en el patio silencioso,
    buscando una ilusión cándida y vieja:...

  • A MI MADRE!

    Madre mía! mi vida! ¿qué te has hecho?
    a dónde está tu maternal mirada?
    ya está sin vida, sin calor tu pecho
    y tu hija vive aun tan desgraciada!

    ¿Adonde estás, porqué me abandonaste
    y con quien me has dejado madre mía?
    tú en tu seno de amor me acariciaste
    y hoy te llevas contigo mi alegría.

    Tú me amaste de niña con...

  • ¡Qué admirable día! El vasto parque desmaya ante la mirada abrasadora del Sol, como la juventud bajo el dominio del Amor.

    El éxtasis universal de las cosas no se expresa por ruido ninguno; las mismas aguas están como dormidas. Harto diferente de las fiestas humanas, esta es una orgía silenciosa.

    Diríase que una luz siempre en aumento da a las cosas un centelleo cada vez mayor;...