• ¡Salve, divina emperatriz del cielo,
            Como la gracia pura,
    Mística luz de paz y de consuelo,
            Tesoro de hermosura!

    ¡Salve, limpio fanal resplandeciente
            De donde el sol fecundo
    Toma su luz para lanzarla ardiente
            Al adormido mundo!

    ¡Salve otra vez! ¡mil veces salve, oh fruto
            Del grande pensamiento...

  • Choca tu dulce boca con la mía,
    mujer deslumbradora;
    y brotará la ardiente poesía
    que mi mente atesora.

    Deja, deja que rompa ese lujoso
    traje de terciopelo
    que oculta, como amante cariñoso,
    de tu belleza el cielo.

    Quiero una bacanal regia y grandiosa;
    que el dios de...

  • En hondo sueño reposa
    la vasta mortal familia:
    yo sólo gimo en vigilia
    sempiterna y dolorosa.
    Y escucho desde mi lecho
    el ronco son con que el mar
    no cesa de acompañar
    los suspiros de mi pecho.
    Somos, oh mar, parecidos:
    tú de sonar nunca dejas,
    ni yo de exhalar mis quejas
    y mis profundos gemidos.

  • Desciende, del sagrado
    monte, Calíope santa, y las loores
    de Batilo me inspira; dí cuál fuera
    de los brazos de Baco y los amores
    por Temis arrancado;
    cuál la Diosa severa
    blandir le enseña la amenazadora
    espada del delito vengadora.

    La espada que tajante
    en tu mano, Batilo, al poderoso
    opresor amenaza herida y muerte....

  • Alma que en cadenas graves
    vives triste o infeliz,
    y ya en tu prisión no cabes,
    como el ave, de las aves
    coronada emperatriz,
    que, aprisionada, no deja
    su altivo instinto rëal,
    y aletëando forceja
    por romper la dura reja
    de su cárcel de metal:
    de tu triste hermano, a quien
    casi moribundo han puesto
    tu inquietud y tu desdén...

  • Es media noche: vaporosa calma
    y silencio profundo
    el sueño vierte al fatigado mundo,
    y yo velo por ti, mi dulce amante.
    ¡ En qué delicia el alma
    enajena tu plácida memoria!
    Único bien y gloria

    Del corazón más fino y más constante,
    ¡Cuál te idolatro! De mi ansioso pecho
    la agitación lanzaste y el martirio,
    y en mi tierno delirio...

  • Ya próspera lució sobre tu frente
    La corona nupcial, mi dulce amiga;
    Del Hacedor la mano omnipotente
    Tu venturosa union grata bendiga.

    ¡Oh! bendígala, sí: que sea eterno
    El amor noble y puro que atesora
    Ese esposo feliz, á quien tu tierno
    Y entusiasmado corazon adora.

    ¡Bendígala el Señor! Que resplandezca
    La dicha para tí: que la...

  • ¡Oh dulce Lanz! Mi juventud lozana
    ya para siempre huyó, cual agostada
    rosa, que brilla sólo una mañana.

    Cerca está ya de mí la fatigada
    corva vejez, de muerte precursora,
    de achaques y quebrantos rodeada.

    ¿Dó estás, oh juventud? ¿Dónde está agora
    de aquel semblante mío la frescura?
    ¿Dónde del claro Tormes la pastora

    ...
  • El distinguido poeta Fernando Velarde

    Grandioso te alzas en la eterna roca
    donde rebrama el huracán rugiente,
    y absorto miras en tu afán valiente
    de los volcanes la tartárea boca.

    En los arranques de tu audacia loca
    te lanzas como el águila impaciente,
    y, en medio de...

  • ¡Corazón! ¡Corazón! ¿Por qué suspiras?
    ¿Por qué los muros de tu cárcel bates?
    Es imposible, corazón.... ¡Deliras!
    Infeliz corazón, en vano lates!

    Siempre contuve tu ímpetu violento
    desde que pude conocer el mundo;
    siempre fui sordo a tu amoroso acento,
    sin tener compasión de tu ¡ay! profundo.

    ¿Sabes por qué? Tras vanas ilusiones
    (...