• Pobre barquilla mía,
    entre peñascos rota,
    sin velas desvelada,
    y entre las olas sola!

    ¿Adónde vas perdida?
    ¿Adónde, di, te engolfas?
    Que no hay deseos cuerdos
    con esperanzas locas.

    Como las altas naves,
    te apartas animosa
    de la vecina tierra,
    y al fiero mar te arrojas.

    Igual en las fortunas,
    mayor en...

  • -¿Por qué te miro así tan abatida,
    pobre flor?
    ¿En dónde están las galas de tu vida
    y el color?
    Díme, ¿por qué tan triste te consumes,
    dulce bien?
    ¿Quién?, ¡el delirio devorante y loco
    de un amor,
    que me fue consumiendo poco a poco
    de dolor!
    Porque amando con toda la ternura
    de la fe
    a mí no quiso amarme la criatura
    ...

  • Te argüirán, entre muecas desdeñosas,
    los nenitos, de Juan el carpintero:
    que sería más útil un obrero
    si ambas manos tuviese habilidosas".
    Y después de soltar tan graves cosas,
    como quien echa migas a un jilguero,
    te dirán: "que rosal y duraznero
    son rosáceos los dos, porque dan rosas".
    Pero ven cuatro plantas florecidas
    esos...

  • Con planta imponderable
    Cruzas el mundo y cruzas mi conciencia,
    Y es tu sufrido rostro como un éxtasis
    Que se dilata en una transparencia.

    ¡Pobrecilla sonámbula!
    Pareces, en tu ruta de novicia,
    Ir diciendo al azar: "No me hagáis daño;
    Temo que me maltrate una caricia."

    Devuelves su matiz inmaculado
    Al paisaje ilusorio en que te...

  • Mientras estáis allá con tierno celo,
    de oro, de seda y púrpura cubriendo
    el de vuestra alma vil terrestre velo,

    sayo de hierro acá yo estoy vistiendo,
    cota de acero, arnés, yelmo luciente,
    que un claro espejo al sol voy pareciendo.

    Mientras andáis allá lascivamente
    con flores de azahar, con agua clara
    los pulsos refrescando, ojos y...

  • Que esté la bella casada
    bien vestida y mal calzada,
    bien puede ser;

    Mas que el bueno del marido
    no sepa quien dió el vestido,
    no puede ser.

    Que olvide la hija al padre
    al buscarla quien la cuadre,
    bien puede ser;

    Mas que se pase el invierno
    sin que ella le busque yerno,
    no puede ser.

    Que quiera...

  • Madre, yo al oro me humillo,
    Él es mi amante y mi amado,
    Pues de puro enamorado
    De continuo anda amarillo.
    Que pues doblón o sencillo
    Hace todo cuanto quiero,
    Poderoso Caballero
    Es don Dinero.

    Nace en las Indias honrado,
    Donde el Mundo le acompaña;
    Viene a morir en España,
    Y es en Génova enterrado.
    Y pues quien...

  • ¡Carne del asesino, maldita podredumbre
    que pende de las horcas en fúnebres racimos
    y muestra a las pupilas de ávida muchedumbre
    la malévola herencia que todos recibimos...!

    ¡Oh, carne de los mártires, Gloria in excelsis Deo,
    que de nuestro Rey Cristo son divinas cosechas!
    ¡Oh, labios siempre abiertos al consuelo de un Creo!
    ¡Divina vestidura...

  • Heme aquí ya, profesor
    de lenguas vivas (ayer
    maestro de gay-saber,
    aprendiz de ruiseñor)
    en un pueblo húmedo y frío,
    destartalado y sombrío,
    entre andaluz y manchego.
    Invierno. Cerca del fuego.
    Fuera llueve un agua fina,
    que ora se trueca en neblina,
    ora se torna aguanieve.
    Fantástico labrador,
    pienso en los campos. ¡...

  • Mi vida, enferma de fastidio, gusta
    de irse a guarecer año por año
    a la casa vetusta
    de los nobles abuelos,
    como a refugio en que en la paz divina
    de las cosas de antaño
    sólo se oye la voz de la madrina
    que se repone del acceso de asma
    para seguir hablando de sus muertos
    y narrar, al amparo del crepúsculo,
    la aparición del familiar...