• ¡Mal aya quien los embuelve,
    los mis amores!,
    ¡mal aya quien los embuelve!

    Los mis amores primeros
    en Sevilla quedan presos.

    Los mis amores,
    ¡mal aya quien los embuelve!

    En Sevilla quedan presos
    por cordón de mis cabellos.

    Los mis amores,
    ¡mal aya quien los embuelve!

    Los mis amores tempranos
    en Sevilla quedan ambos....

  • Mal ferida iva la garça
    enamorada;
    sola va y gritos daba.

    A las orillas de un río
    la garça tenía el nido,
    ballestero la ha herido
    en el alma;
    sola va y gritos daba.

  •  Así la llaman todos los chicos de Palermo.
    Es la risa del barrio con su rostro feúcho
    y su andar azorado de animalito enfermo.
    Tiene apenas diez años, pero ha sufrido mucho...

     Los domingos temprano, de regreso de misa
    la encuentran los muchachos...

  •  — «Mambrú se fué a la guerra...» — ¡Vamos, linda ve-
    ¿Con su ronga catanga los chicos de la acera ciña
    te harán llorar, ahora? No seas sensiblera
    y piensa que esta noche de verano es divina

     y hay luna, mucha luna. ¡Todo por esa racha
    de recuerdos que...

  • La sombra se ha dormido en la pradera.
    Los manantiales cantan.

    Frente al ancho crepúsculo de invierno
    mi corazón soñaba.
    ¿Quién pudiera entender los manantiales,
    el secreto del agua
    recién nacida, ese cantar oculto
    a todas las miradas
    del espíritu, dulce melodía
    más allá de las almas?...

    Luchando bajo el peso de la sombra,
    un...

  •   Un frío domingo antipático
     vi un lijoso y doliente enjambre:
     en un paseo aristocrático
     una manifestación de hambre.

      Fue en la Castellana elegante,
     jardín de modas y arrumacos,
     donde resuena extravagante
     la sandez de los currutacos.

      Pobres obreros miserables,
     mujeres, ex-hombres gorkianos,
     niños de faces espantables,...

  • Muere el sol. Los pesqueros sobre sí se repliegan.
    El mar vinoso y áspero yergue su crin bravía.
    Y ellos, graves, indagan la móvil lejanía
    del ponto levantisco... ¡y las barcas no llegan!

    Las cabañas desiertas en la playa aldeana
    demacradas, se agrupan, como salvajes hordas.
    ... ¡Y pensar que zarparon con el sol en las bordas
    cuando sus hebras de oro...

  • Llega un viento salobre. Leve arrebol
    ruboriza las nubes, níveas y puras,
    donde duermen las diosas de albas cinturas.
    Como una lona náutica se anuncia el sol.

    Las olas espumosas, veloz cuadriga,
    se encabritan hinchando sus pechos de oro,
    y hace chasquear el viento, frío y sonoro,
    su látigo flexible como un auriga.

    Resuenan estruendosas las olas...

  • ¡Ya viene el cortejo!

    ¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines.
    La espada se anuncia con vivo reflejo;
    ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines.

    Ya pasa, debajo los arcos ornados de blancas Minervas y Martes
    los arcos triunfales en donde las Famas erigen sus largas trompetas,
    la gloria solemne de los estandartes
    llevados por...

  • I

          ¡Silencio, los lebreles
        De la jauría maldita!
    No despertéis á la...