• ¿Me preguntas, pintor, que como quiero
    que pintes el mirar y la hermosura
    de aquellos ojos do el Edén fulgura,
    de aquellos ojos por que vivo y muero?
    Copia el fulgor de matinal lucero,
    de gacela apacible la dulzura,
    de la tórtola amante la ternura,
    el brillo del diamante lisonjero.
    Los habrás de pintar grandes y vivos
    donde luzca la...

  • Bellos ojos tienes, Ana,
    mas, ¿por qué a mi parecer
    se inclina el mundo a tener
    por más bellos los de Juana?
    Haz que te preste los tuyos,
    y álzate después con ellos,
    que no es bien que ojos tan bellos
    se diga que no son tuyos.

  • Puedes despreciar los ojos más célebres,
    ¡Bellos ojos de mi niña, por donde se filtra y huye
    Yo no se qué de bueno, de suave como la noche!
    ¡Bellos ojos, volcad sobre mí vuestras deliciosas tinieblas!

    ¡Grandes ojos de mi niña, arcanos adorados,
    Os parecéis mucho a esas grutas mágicas
    Donde, detrás del montón de sombras letárgicas,
    Centellean vagamente...

  • Hiere la hermosa Elvira
    cuantos mira,
    porque sus ojos son flechas,
    que al corazón van derechas,
    como al blanco donde tira;

    mas luego, por buen respeto
    los cura y sana en efecto,
    como le caigan a lance;
    no hay quien el secreto alcance,
    porque los cura en secreto.

  • ¡Ah!, queréis saber por qué hoy os aborrezco. Más fácil os será comprenderlo, sin duda, que a mí explicároslo; porque sois, creo yo, el mejor ejemplo de impermeabilidad femenina que pueda encontrarse.

    Juntos pasamos un largo día, que me pareció corto. Nos habíamos hecho la promesa de que todos los pensamientos serían comunes para los dos, y nuestras almas ya no serían en adelante más...

  • I
    ¡Viejos olivos sedientos
    bajo el claro sol del día,
    olivares polvorientos
    del campo de Andalucía!
    ¡El campo andaluz, peinado
    por el sol canicular,
    de loma en loma rayado
    de olivar y de olivar!
    ¡Son las tierras
    soleadas,
    anchas lomas, lueñes sierras
    de olivares recamadas!
    Mil senderos. Con sus machos,...

  • ¿Queréis que entre el arrullo de mis brazos
    tiemble el dormido corazón de Helena
    como entre sus asiáticas murallas
    y el vulnerable hijo de Peleo
    otra vez en su lecho halle al amigo
    por el que rugió hermoso? ¡Ay, quién pudiera
    con su soplo alentar tales prodigios
    y devolver la vida con su canto
    a quienes se mostraron por la tierra
    con tal...

  • Mi padre duerme. Su semblante augusto
    figura un apacible corazón;
    está ahora tan dulce...
    si hay algo en él de amargo, seré yo.

    Hay soledad en el hogar; se reza
    y no hay noticias de los hijos hoy.
    Mi padre se despierta, ausculta
    la huída a Egipto, el estañante adiós.
    Está ahora tan cerca;
    si hay algo de él de lejos, seré yo.

    ...
  • I

    He dormido en la majada sobre un lecho de lentiscos
    embriagado por el vaho de los húmedos apriscos
    y arrullado por murmullos de mansísimo rumiar;
    he comido pan sabroso con entrañas de carnero
    que guisaron los pastores en blanquísimo caldero
    suspendido de las llares sobre el fuego del hogar.

    Y al arrullo soñoliento de monótonos hervores,
    he...

  • LOS PENSADORES VENCIDOS

    Para José Gálvez.

    Por la Roma vencedora
    pasa la Grecia vencida, pero siempre soñadora...
    Al coro
    de monocordios de oro
    van las cabezas hermosas...