• La tarde caía
    triste y polvorienta.
    El agua cantaba
    su copla plebeya
    en los cangilones
    de la noria lenta.
    Soñaba la mula,
    ¡pobre mula vieja!,
    al compás de la sombra
    que en el agua suena.
    La tarde caía
    triste y polvorienta.
    Yo no sé qué noble,
    divino poeta,
    unió a la amargura
    de la eterna rueda...

  • Corazón enfermo
    y alma amante y sola,
    si cantar pudiera:
    ¡Ya tengo mi novia!...
    ¡Qué triste la vida,
    qué lentas congojas
    sin unos amores,
    sin una paloma!
    Cualquiera, a los veinte,
    vive en la memoria
    de una rubiecita
    cándida y hermosa;
    y recibe flores,
    y devuelve trovas,
    y ama, si es amado;
    si no, canta y...

  • En un monte que lista el Miguelete
     Con su fresco raudal,
    Dos novios con las flores que destrozan,
    Silvestres yerbas estrellando están;

    Y cual verruga de una vieja rama
     Ó como hinchazón gris,
    En un alto peral se halla enredado
    El globo de...

  • ¿Qué te acongoja mientras que sube
    del horizonte del mar la nube,
    negro capuz?
    Tendrán por ella frescura el cielo,
    pureza el aire. verdor el suelo,
    matiz la luna.
    No tiembles. Deja que el viento amague
    y el trueno asorde y el rayo estrague
    campo y ciudad;
    tales rigores no han de ser vanos...
    ¡Los pueblos hacen con rojas manos
    ...

  • LA OFRENDA DE ODHAR

                Para Raimundo Morales de la Torre.

    Caminaba el anda
    sobre doce nubios de pieles brillantes
    hacia Samarcanda.

    Regado de flores –amapolas rojas-
    se abría el camino que iba a la mezquita.
    Los esclavos negros pisaban las...

  • A mi querida prima Jacinta White de Llano,

    en la muerte de su hija

    ¡Pobre Carolina mía!
    ¡Nunca la podré olvidar!
    Ved lo que el mundo decía
    viendo el féretro pasar:
    Un clérigo. Empiece el canto.
    El doctor. ¡Cesó el sufrir!
    El padre. ¡Me ahoga el llanto!
    La madre. ¡Quiero morir!
    Un...

  • Ya de suena de la santa Ave María
    la solemne campana, que el ocaso
    llorar parece del lejano día:
    Como de encanto súbito por caso,
    Sucede hondo silencio de repente,
    al urbano bullicio; el presto paso
    detiene al son la pasajera gente,
    que con rápida mano la cabeza
    a los cielos descubre reverente;
    y la salutación gloriosa reza
    con que el...

  • La oración es voz del alma,
     Ya palabras lleve ó nó,
    De una llama que arde oculta
     Generosa vibración.

    Un suspiro que se exhala,
     Una lágrima de amor,
    La mirada que elevamos
    ...

  • Un cura y su criada en una aldea

    la noche de difuntos

    se calentaban juntos

    al fuego de una grande chimenea.

    La doncella era joven y graciosa

    tanto como inocente,

    y el cura un hombre ardiente,

    de barriga y gordura prodigiosa,

    porque siempre estos bienaventurados

    son de salud por el Señor colmados.

    Al ir al dormitorio,

    ...

  • ¡Qué horror! Mi duda insulta al Dios que anhelo.
    Yo necesito orar; ¡estoy tan solo!
    Yo te busco, Señor, en mi camino.
    ¿Dónde estás? ¿dónde estás? Caigo de hinojos,
    Junto las manos y la frente inclino.