Furiosa tempestad se desataba
cuando, de pieles rústicas vestido,
Caín con su familia caminaba
huyendo á la justicia de Jehovah.
La noche iba á caer. Lenta la marcha
al pie de una colina detuvieron,
y á aquel hombre fatídico dijeron
sus tristes hijos: -descansemos ya.
Duermen todos excepto el fratricida
que, alzando su mirada sobre el...