• La mar, tras la borrasca, se estremecía sorda
    del moribundo día a la dudosa luz,
    cuando yo, sobre el puente, de pechos en la borda,
    pensaba así, mirando la inmensidad azul:

    Bajo la frágil tabla donde al azar me fío,
    ¿qué pasa en los abismos recónditos del mar?
    ¿Qué ley rige ese mundo desconocido y frío,
    sumido en los horrores de eterna oscuridad?...

  • De las blancas estrellas,
    de los ardientes soles,
    bajan al suelo, pálidas y bellas,
    las luces con brillantes resplandores;
    cruzan por el espacio
    alumbrando con rápida carrera
    los astros de topacio,
    y de la tierra, la ignorada esfera;
    llegan hasta mis ojos,
    y en sus reflejos rojos
    miro esconderse la naciente vida
    que en todo...

  • - I -
    Seis años ya que el alma de mi alma
    en la triste postrera despedida
    me dijo su adiós tierno.
    ¿Por qué, infiel corazón, lates en calma?
    ¿Por qué, cuando es eterna la partida,
    no es el dolor eterno?

    - II -
    Y eterno es mi dolor, que aún el agudo
    dardo yo siento en la cerrada llaga
    cuando una voz la nombra.
    No está muerto mi...

  • Improvisación

    Blanca, gallarda, envuelta
    por la bruma del mar,
    la vela al soplo de la tarde suelta,
    la nave lejos va.

    Boga, boga y se pierde
    cuando muere la luz,
    allá donde se juntan la mar verde
    y el horizonte azul.

    ¿De qué remotas zonas
    viene con rumbo audaz?
    ¿El viento que hincha sus tendidas lonas,
    donde la llevará...

  • Ahí, tendido en la desierta arena,
    cual gladiador vencido,
    náufrago buque, con amarga pena
    contemplo rotos tu poder, tu gloria;
    y el mar sañudo, que a tus pies resuena,
    parece, al son de sus movibles olas,
    celebrar tu desastre y su victoria.

    ¿Quién lo temió cuando por vez primera,
    al viento dando las tendidas lonas,
    soberbia nave, el...

  • Ni el bien pasado ni el dolor presente
    nunca turbaron tu impasible calma,
    y, en excelsa región puesta la mente,
    no hay una sombra en tu serena frente
    ni hay una duda que te angustie el alma.

    Tal, de las nubes traspasando el velo,
    para bañarse en la perpetua lumbre
    del sol, huyendo del rumor del suelo,
    alzan los Alpes la nevada cumbre
    ...

  • El día en que yo vi la luz primera,
    plantó mi padre en su risueño huerto
    ese árbol que admiráis en primavera,
    de tiernas hojas y de flor cubierto.

    Yo entré en la sociedad, donde hoy batallo,
    con la esperanza audaz de los mancebos,
    cuando él ennoblecía el fuerte tallo
    cada nueva estación con ramos nuevos.

    Yo abandoné, buscando horas felices,...

  • La nave que deja el puerto,
    ¿sabe a qué azares se lanza?
    ¿Conoce el hombre el incierto
    camino de la esperanza?

    Del Norte el pálido astro
    sigue en su rumbo el marino,
    y el hombre el pálido rastro
    de la estrella del destino.

    La nave camina a solas
    cuando el sol rompe las brumas,
    entre las azules olas
    y entre las blancas espumas...

  • ¡Huye el tiempo veloz! Rápido avanza
    llevando en raudo vuelo
    la ilusión, la hermosura y la esperanza,
    el grato afán, y el incansable anhelo.
    ¡Huye el tiempo veloz! ¿Quién su carrera
    podrá atajar? ¡Ni el ruego, ni el suspiro
    del amor o el dolor! La primavera
    llega, y en veloz giro
    pasa ya, y los ardores del verano
    huyen con el retoño
    ...

  • Cuando en un breve instante
    del desdén al cariño
    tú pasas inconstante,
    sé por qué Amor es niño.

    Cuando de infiel te acusa
    mi entendimiento, y luego
    mi corazón te excusa,
    sé por qué Amor es ciego.

    Cuando tras pasión nueva
    de mí huyes veleidosa,
    sé por qué el Amor lleva
    alas de mariposa.

    Y cuando mi esperanza
    muere...