Apenas el billete
recibas, Carlos, de tu amante Adela,
incansable jinete,
clava la aguda espuela
a tu caballo y a mis brazos vuela.
Siglos me son las horas,
de tu lado distante; considera
que, si venir demoras,
de congoja tan fiera
es fuerza...
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Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron Mi voluntad se ha muerto una noche de luna |
¡Qué dulces pasan los días |
¡Qué la lambió a la creciente! |
(Esta poesía es en realidad una adivinanza para resolver; la solución al final de la página)
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A mi idolatrada esposa Jesús Dávila y Heredia Versos de fuego, con mi sangre escritos, |
De pesar una lágrima sentida No puede ser mi luz el dulce brillo |
Belleza de dolor, en quien pensaba |
Adiós May we meet as we part with a tear. |
Y nunca más la tierra de ceniza |