• A Jacinto Benavente

    El lento son de la garúa,
    en la calle del arrabal,
    en mi corazón acentúa
    la dolencia sentimental.

    Simula, con su intermitente
    lagrimeo, la lluvia clara,
    la voz de algún adolescente
    lloroso, que silabeara.

    Tiene también la vida oscura
    su encanto, y la...

  • Y pasas, y no sola, presintiendo dorados
    orientes, los propicios a los enamorados,
    como una novia enferma que evoca espirituales
    promesas en las largas noches sentimentales;

    o esperas al amado, sonriente, como algunas
    heroínas que aguardan al amor de las lunas
    hojeando florilegios alegres de la Galia,
    con manos de Giocondas poéticas de Italia.

    ...
  • Y pensar que extraviamos
    La senda milagrosa
    En que se hubiera abierto
    Nuestra ilusión, como una perenne rosa...

    Y pensar que pudimos
    Enlazar nuestras manos
    Y apurar en un beso
    La comunión de fértiles veranos...

    Y pensar que pudimos
    En una onda secreta
    De embriaguez, deslizarnos,
    Valsando un vals sin fin, por el planeta......

  • Sí, yo me muevo, vivo, me equivoco;
    Agua que corre y se entremezcla, siento
    El vértigo feroz del movimiento:
    Huelo las selvas, tierra nueva toco.

    Sí, yo me muevo, voy buscando acaso
    Soles, auroras, tempestad y olvido.
    ¿Qué haces allí misérrimo y pulido?
    Eres la piedra a cuyo lado paso.

  • Ya sobre los hastíos de tus meditaciones,
    como en fugas radiantes escucharás canciones
    de músicas heráldicas, de las músicas locas
    que enardecen las ansias y enrojecen las bocas

    en besos fecundantes, cual rocíos de mieles
    que hasta en el yermo hicieron florecer los laureles.
    Yo, a tu rostro moreno consagraré violetas,
    las nerviosas amadas tristes de...

  • Silencio. Aquí se ha hecho ya de noche,
    ya tras del cementerio se fue el sol;
    aquí se está llorando a mil pupilas:
    no vuelvas; ya murió mi corazón.
    Silencio. Aquí ya todo está vestido
    de dolor riguroso; y arde apenas,
    como un mal kerosene, esta pasión.

    Primavera vendrá. Cantarás «Eva»
    desde un minuto horizontal, desde un
    hornillo en que...

  • Yo mi sobretodo verde
    yo mi cáscara de nuez
    yo mi gota de agua
    mi río
    mi árbol
    yo corcel galopando en una orilla
    brazos del viento descansando en los árboles
    me acostaré tal vez quién sabe en dónde
    en el polvo o en un mosquito
    para ser el grito de un cocodrilo
    o las manos abrazadas al fondo de un río
    yo en una hoja caído
    ...

  • 3 de agosto de 1918
    (Fuente Vaqueros, Granada)
    A María Luisa

    ¡Cigarra!
    ¡Dichosa tú!
    Que sobre el lecho de tierra
    Mueres borracha de luz.

    Tú sabes de las campiñas
    El secreto de la vida,
    Y el cuento del hada vieja
    Que nacer hierba sentía
    En ti quedóse...

  •  Las rosas del balcón eran celosas
    novias bajo el agravio de la fina
    ironía falaz de una vecina
    que se ponía a reír de ciertas cosas.

     Tu perdón desdeñoso fué a las rosas
    y tus labios a mí. La muselina
    de la suave penumbra vespertina
    te envolvió...

  • Hoy no ha venido nadie a preguntar;
    ni me han pedido en esta tarde nada.

    No he visto ni una flor de cementerio
    en tan alegre procesión de luces.
    Perdóname, Señor: qué poco he muerto!

    En esta tarde todos, todos pasan
    sin preguntarme ni pedirme nada.
    Y no sé qué se olvidan y se queda
    mal en mis manos, como cosa ajena.

    He salido a la...