• TRISTITIA

    Mi infancia que fue dulce, serena, triste y sola
    se deslizó en la paz de una aldea lejana,
    entre el manso rumor con que muere una ola
    y el tañer doloroso de una vieja campana.

    Dábame el mar la nota de su melancolía,
    el cielo la serena quietud de su...

  • Eres como esos paisajes
    en donde la Luna enreda,
    sobre los quietos ramajes,
    su blanco vellón de seda.

    Tu amor, que me da la vida,
    tiene la gracia discreta
    de una lágrima escondida
    en un cáliz de violeta.

    Por exceso de pasión,
    después de que te he besado,
    se queda mi corazón
    igual a un cielo estrellado.

    Bajo la urdimbre...

  • Tú me quieres alba,
    Me quieres de espumas,
    Me quieres de nácar.
    Que sea azucena
    Sobre todas, casta.
    De perfume tenue.
    Corola cerrada

    Ni un rayo de luna
    Filtrado me haya.
    Ni una margarita
    Se diga mi hermana.
    Tú me quieres nívea,
    Tú me quieres blanca,
    Tú me quieres alba.

    Tú que hubiste todas
    Las copas a...

  • Magdalena, conozco que te amo
    en que la más trivial de tus acciones
    es pasto para mí, como la miga
    es la felicidad de los gorriones.

    Tu palabra más fútil
    es combustible de mi fantasía,
    y pasa por mi espíritu feudal
    como un rayo de sol por una umbría.

    Una mañana (en que la misma prosa
    del vivir se tornaba melodiosa)
    te daban un...

  •  Cuando escucho el rojo violín de tu risa,
    en el que olvidados acordes evocas,
    un cálido vino — licor de bohemia —
    me llena el cerebro de músicas locas.

     Un vino que moja tu noble garganta...
    — una húmeda jaula de finos cristales,
    cuyas orquestales...

  •  ¡De todo te olvidas! Anoche dejaste
    aquí, sobre el piano, que ya jamás tocas,
    un poco de tu alma de muchacha enferma:
    un libro, vedado, de tiernas memorias.

     Intimas memorias. Yo lo abrí, al descuido,
    y supe, sonriendo, tu pena más honda,
    el dulce...

  • ¡Ay de Dios, que tu palabra
    me tiene embrujada
    el alma!
    Mi lírica adolescencia
    Y tu existencia
    Gitana
    Se dicen en la ventana
    Cosas
    De amor y buenaventura
    En estas noches lluviosas

    Juran por Cristo, venerables dueñas,
    De quien llora en el vientre de la madre
    Conoce del futuro; tú gemiste
    Antes de que nacieras...

  • ¿Que elocuencia, desvalida
    y casta, hay en tu persona
    que en un perenne desastre
    a las lágrimas convida?

    La frente, Amor, hoy levanto
    hasta tu busto en otoño
    que es un vaso de suspiros
    y una invitación al llanto.

    Tus hombros son como un ara
    en que la rosa contrita
    de un pésame sin sollozos
    húmeda se deshojara.

    Cuando...

  •  Me obsedan tus manos exangües y finas,
    ¡tus manos! puñales de heridas ajenas,
    cuando en el teclado predicen, en notas,
    las inapelables deseadas condenas...

     Tus manos, amores de nardos y rosas,
    cuya Histeria tiene sangre de pasiones,
    como aquellas...