Tristitia

Mi infancia que fue dulce, serena, triste y sola
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañer doloroso de una vieja campana.

Dábame el mar la nota de su melancolía,
el cielo la serena quietud de su belleza,
los besos de mi madre una dulce alegría
y la muerte del sol una vaga tristeza.

En la mañana azul, al despertar, sentía
el canto de las olas como una melodía
y luego el soplo denso, perfumado del mar,

y lo que él me dijera aún en mi alma persiste;
mi padre era callado y mi madre era triste
y la alegría nadie me la supo enseñar...

Collection: 
1908

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    Para vivir en el amor
    basta que...

  • OFERTORIO

    Cuando el rojo crepúsculo en la aldea ponía
    la silenciosa nota de su melancolía,
    desde la blanca orilla iba a mirar el mar.
    Todo lo que él me dijo aún en mi alma persiste:
    –«mi padre era callado y mi madre era triste
    y la alegría nadie me la supo...

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