• Acostado sobre la tierra, en la calma absoluta de la noche, hilvano incoherencias.

    Mis oídos se tienden hacia los sonidos. Un vago rumor, hecho de mil imperceptibles. Junto a mí, un pasto que escapa al peso del cuerpo cruje apenas. Y los otros, esos que crecen, también tendrán su canto.

    Bruscamente evoco el zumbido inmenso de la tierra, en su girar sobre sí misma, mientras cruza...

  •  Si te sientas como anoche junto al piano,
    a mis ruegos insensible, taciturna:
    fugitiva de aquel aire wagneriano
    que tú sabes. Si, cual trágica nocturna,

     traes la sombra del mutismo caprichoso
    de unos celos singulares y tardíos,
    volveremos a rozar el...

  •  Hoy ha tosido mucho. Van dos noches
    que no puede dormir; noches fatales,
    en esa oscura pieza donde pasa
    sus más amargos días, sin quejarse.

     El taller la enfermó, y así, vencida
    en plena juventud, quizás no sabe
    de una hermosa esperanza que acaricie...

  • Yo digo para mí: por fin escapo al ruido;
    nadie me ve que voy a la nave sagrada.
    Altas sombras acuden,
    y Darío que pasa con su lira enlutada.

    Con paso innumerable sale la dulce Musa,
    y a ella van mis ojos, cual polluelos al grano.
    La acosan tules de éter y azabaches dormidos,
    en tanto sueña el mirlo de la vida en su mano.

    Dios mío, eres...

  •  Lujosamente bella y exquisita,
    con aire de gitana tentadora,
    llegaste, adelantándote a la hora,
    rodeada de misterios a la cita.

     El salón reservado oyó la cuita
    de una cálida noche pecadora,
    y al amor de tu carne ofrendadora
    reventaron las...

  • Erraba por la orilla del malecón desierto,
    interpretando el ritmo de la onda bulliciosa.
    Las brisas matinales aromaban el puerto,
    el alba despeinaba su cabellera rosa.

    Y, al rumor apagado de la ronca sonata,
    sentí una sangre nueva circular por mis venas,
    sangre bermeja digna de un corazón pirata,
    o de un moderno Ulises, pescador de sirenas.

    Y...

  • A Rafael Méndez

    En la mitad del barranco
    las navajas de Albacete,
    bellas de sangre contraria,
    relucen como los peces.
    Una dura luz de naipe
    recorta en el agrio...

  • Las sendas y los caminos,
    Van quedando atrás y lejos...
    Por dispacito que vaya,
    Pasan las cosas que veo...

    Y siempre, al alzar las vistas,
    En su sitio -más o menos-
    Algo que no tiene alcance
    Aunque figura estar quieto.

    Parece que el horizonte,
    En la mirada lo llevo...

    Ansina, días... y días...
    Años, ansina se jueron...
    ...

  • Tu alma desolada de algazara viste,
    llena tu alma enferma de la risa loca;
    liba, cual abeja, la miel de otra boca,
    que hoy es año nuevo, peregrino triste.

    Mira como el mundo se muere de risa
    y agita los brazos en son de alegría;
    como olvida presto, la melancolía
    de los años idos... vividos deprisa...

    Y salía a la calle, listo a prodigarme,...

  • RITORNELLO

    Para vivir en el amor
    basta que un alma nos sonría.
    ¿Qué nos importa que el dolor
    con un rictus de vencedor
    exhiba su máscara fría?
    Para vivir en el amor
    basta que un alma nos sonría.

    Para luchar contra el destino
    basta que un alma nos...