• A***

    Ven conmigo a la playa tranquila,
    mientras tiende la tarde su velo:
    ¿No parece camino del cielo
    la dormida llanura del mar,
    y que el cielo, cual margen opuesta,
    de la mar la llanura termina?
    ¿No parece que a playa divina
    azul senda nos puede llevar?
    ¡Quién pudiera en blandísima nave,
    por aligeras brisas llevada,
    ...

  • Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
    Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
    buscando los recodos de sombra, lentamente.
    A trechos me paraba para enjugar mi frente
    y dar algún respiro al pecho jadeante;
    o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia delante
    y hacia la mano diestra vencido y apoyado
    en un bastón, a guisa de pastoril cayado...

  • Todos duermen, y en el campo
    reina silenciosa calma,
    y sólo a intervalos muge,
    cuando del desierto avanza,
    el viento, a estrellar su furia
    en la sierra ecuatoriana;
    sobrecogida, despierta
    la selva, crujen las ramas
    y, cual si sintieran miedo,
    unas con otras se abrazan.

    Insomne y meditabundo,
    acodado a una ventana,
    desde...

  • Snbir me place al alto promontorio
     Que el piélago domina,
    A meditar mientras el sol radiante
     Desde el zenit declina.

    A la luz de esa antorcha miro el cielo,
     Y cubierto de espuma
    El dilatado mar...

  • Al salir de aquel baile dejamos nuestras huellas
    en playas que a un destierro conducen al azar.
    Una flor en su mano se acaba de ajar.
    Era una hermosa noche de ensueños y de estrellas.

    Rompíanse en la sombra oleajes enlutados
    hacia el ópalo atlántico y la áurea lejanía.
    El ultramar sus luces místicas expandía.
    Las algas perfumaban los ámbitos helados...

  • No rinde al proscrito cobarde tristeza
    al ir peregrino de hogar en hogar,
    pues mira extenderse de Dios la grandeza
    por montes, y valles, y el cielo y el mar.

    Un punto nos quitan, un punto querido,
    que patria llamamos con férvido amor;
    mas, presto encontramos que al punto perdido
    se sigue en lo inmenso la patria de Dios.

    He visto cien montes...

  • øøø

     Aún otra amarga gota en el mar sin orillas,
    Donde lo grande pasa de prisa y lo pequeño
    Desaparece o se hunde, como piedra arrojada
    De las aguas profundas del estancado légamo.

     Vicio, pasión, o acaso...

  • A ***

    ¡Oh melancólica virgen!
    Cuando el sol se hunde en las olas,
    ve con paso lento a solas
    a la playa a meditar:
    que siempre al incierto rayo
    del agonizante día,
    está la Melancolía
    sentada orillas del mar.
    Hela allí -el ebúrneo codo
    apoyado en la rodilla,
    y en la palma la mejilla,
    en pensativa actitud;
    ...

  • Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario.
    Girando en torno a la torre y al caserón solitario,
    ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno,
    de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno.
    Es una tibia mañana.
    El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana.
    Pasados los verdes pinos,
    casi azules,...

  • ¡Primavera soriana, primavera
    humilde, como el sueño de un bendito,
    de un pobre caminante que durmiera
    de cansancio en un páramo infinito!
    ¡Campillo amarillento,
    como tosco sayal de campesina,
    pradera de velludo polvoriento
    donde pace la escuálida merina!
    ¡Aquellos diminutos pegujales
    de tierra dura y fría,
    donde apuntan...