• Madre divina del alado niño,
    oye mis ruegos, que jamás oíste
    otra tan triste lastimosa pena
    como la mía.

    Baje tu carro desde el alto Olimpo
    entre las nubes del sereno cielo,
    rápido vuelo traiga tu querida
    blanca paloma.

    No te detenga con amantes brazos
    Marte, que deja su rigor al verte,
    ni el que por...

  • ¡Oh pórticos! ¡Oh mármoles vivientes!
     ¡Oh bosques de Versalles!
    ¡Sitios más deleitosos y rientes
     Que los Elíseos valles!

    Los dioses y los reyes á porfía,
     Recinto almo y sereno,
    Tesoros de...

  •  Aquella que nos informa,
     que aunque tres formas vistió,
     no querrá un hombre, y que no
     será de ninguna forma;
     
     pues si bien Plutón de un cuerno
     la llevó por su querida,
     de estos casados la vida
     vino a ser luego un infierno;

     con quien de amoroso empeño
     no hay quien acordarse cuente,
     y aun Endimión solamente
     se...

  • Vé do la gloria te llama,
    Y entre el rumor de la fama
     ¡Ay! acuérdate de mí.
    Cuando más grato á tu oído
    Fuere el popular ruído,
     Aun acuérdate de mí.

    Te ceñirán otros brazos,
    Anudarás nuevos lazos,
    Y del corazón pedazos
    ...

  • Si yo he de quererte bien,

    vamos a hacer por aquí

    aquello que te pedí,

    si no se acaba ,el Belén.

    Antonio con Pepa hablaba

    en su jardín cierto día,

    y una cosa le pedía

    que Cupido la mandaba;

    pero ella se la negaba

    con rubor, susto y desdén,

    y, usando de amor el tren,

    le dijo con loco exceso:

    -Antonio, no...

  • Así cuando el alcázar del Olimpo,
    el soberbio Mimante y los Titanes,
    hórridos hijos de la dura tierra,
    escalar intentaron, y de Atlante
    el grave Pelïón agobió el hombro;
    cuando cien lanzas blandeó Briareo,
    de Encélado la mano poderosa,
    arranca sierras y montañas lanza
    contra el sagrado cielo, y ni el tremendo
    rayo que Jove por los...

  • Cual rosa sobresale entre las flores,
    o cual la luna en la mitad del cielo
    a las estrellas todas señorea;
    cual entre chozas de pajiza aldea
    se levanta del suelo
    el erguido palacio; así Belisa
    abrasando de amor a mil pastores
    entre las zagalejas sobresales,
    y todos los zagales
    la danza y las pastoras descuidando
    absortos a...

  • ¿A qué es puertas y ventanas
    clavar con tanto rigor,
    si de par en par abiertas
    tengo las del corazón?
    Así, con su madre a solas
    lamenta su reclusión
    la bella niña cenceña,
    la del quebrado color,
    de amargo llanto los ojos,
    el pecho lleno de amor,
    y de par en par abiertas
    las puertas del corazón.
    ¡Madre, la mi madre, dice,...

  • Dichoso paisano en quien
    con diversísimos modos
    se miran los dones todos,
    todas las prendas se ven,
    perdone si en parabién
    de tu carta no te da
    algo mi amor, porque ya
    cuanto yo darte podía,
    que era la voluntad mía,
    tú te lo tienes allá.

    Mostrárteme agradecido
    hoy mi empeño viene a ser,
    y para poderlo hacer
    de estos...

  • ¡Oh belleza! alto don, rico tesoro,
    Precioso bien a la mujer guardado,
    Con más vehemencia ansiado
    Que el diamante oriental, y más que el oro;
    ¿Quién te dio ese poder? ¿De quién hubiste
    La magia celestial? En donde quiera
    Que muestres esa lumbre
    Por siempre vencedora,
    Reinar y avasallar como señora,
    Rendir y embelesar es tu costumbre....