Mire usted, Asunción: aunque algún ángel
metiéndose envidioso,
conciba allá en el cielo el mal capricho
de venir por la noche a hacerle el oso
y en un acto glorioso
llevársela de aquí, como le ha dicho
no sé qué nigromante misterioso,
no vaya usted, por...
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Ya que eres grata como el cariño El torpe engaño que el vicio fragua |
¡Tu belleza mirífica no asoma ¡Endulzas con tu acento un mar de acíbar |
I Oh mi ciudad querida, hoy tan lejana Te evoco así, como a quimera vana, |
La mar, tras la borrasca, se estremecía sorda Bajo la frágil tabla donde al azar me fío, |
Primogénita ilustre del Plata, Arca fuerte de nuestra esperanza.... |
Ese del cabello cano |
Porque esta hora todos la vivimos contigo, ... |
Caballero de Friburgo, de un castillo de aventuras, |
¡Oh pueblo malhadado! De... |