Medardo Ángel Silva

  • Señor, ved nuestras almas, en sus duros encierros
    donde no hacen la luz vagas filosofías,
    vírgenes arrojadas desnudas a los perros
    cuando apenas se encienden las rosas de sus días.

    En vano no hemos buscado, por diversos caminos,
    la ruta azul que lleva a la ideal...

  • Danza la danza caprichosa...
    (¿Tórtola...?) ¿Salomé...?
    Y tras el fino velo rosa
    sonríe Astarté.

    En el crepúsculo amatista
    llena la gracia del jardín
    Bablbul saluda la imprevista
    danza... ¡Salve Mahanaím...!

    Panderos y timbalería.
    ...

  • A Juan Verdesoto

    Va ligera, va pálida, va fina,
    cual si una alada esencia poseyera.
    Dios mío, esta adorable danzarina
    se va a morir, se va a morir ... se muere.

    Tan aérea, tan leve, tan divina,
    se ignora si danzar o volar quiere;
    y se torna su...

  • Cuando se es aún joven y se ha sufrido tanto
    que lloran nuestras almas vejeces prematuras,
    tienen los tristes ojos humedades de llanto
    y hay en los corazones, fríos de sepulturas...

    Cuando en los horizontes oscuros de la Vida
    surge la interrogante sombra de la...

  • Vírgenes rosas inclinaron hacia
    tus cabellos la red de sus pistilos
    al beso de los astros, intranquilos,
    por tus pupilas húmedas de gracia.

    Tal una araña que a la luz espacia
    las traidoras urdimbres de sus hilos,
    se proyectó la sombra de los tilos
    en tu...

  • Con ese traje azul de seda clara
    constelada de pájaros de nieve,
    tiene la gracia de tu cuerpo leve,
    fragilidad de nube... Por la rara

    palidez ambarina de tu cara
    la luna todas sus blancuras llueve.
    Tal es de dulce tu mirada aleve
    que inmola, sin...

  • Con el frú-frú sedoso de femenil enagua
    deshilaba en la costa sus encajes el agua...

    ¡Oh, la isla melodiosa!
    surgía de las ondas como una enorme rosa
    primaveral, o el cuerpo de la niña;
    era la voluptuosa
    isla donde vendimia Amor su roja viña...

    ¡Oh,...

  • ¡Oh, vida inútil, vida triste,
    que no sabemos en qué emplear!
    Nos cansa todo lo que existe
    por conocido y por vulgar.

    ¡Nuestro mal no tiene remedio
    y por siempre vamos a sufrir
    la cruel mordedura del tedio
    y la ignominia de vivir!

    ¡Frívolos...

  • Son los quince abriles como quince rosas
    con rocíos claros de maga alegría.
    Corazón que tiene, cual las mariposas
    alas de azul y oro de la fantasía!

    Cada frase tiene la gracia de un verso;
    olor a jazmines el cabello efluvia,
    y compendían ese fragmento...

  • El pálido Infante
    una extraña locura tenía,
    el pálido Infante
    poseer una estrella quería...

    Para curar su mal, el Rey hizo venir
    de un imperio lejano a la Infanta más bella,
    pero, el Príncipe, al ver sus ojos de zafir,
    se acordó de la estrella...

    ...