Encerré mi dolor en la celda
más secreta y oscura de mi alma;
y, avizor centinela, a su puerta
mi orgullo velaba.
Salí... De mi huésped ninguno
sospechó tras mi irónica máscara;
mas te vi: y al instante el recluso
escapóseme en lágrimas.
Encerré mi dolor en la celda
más secreta y oscura de mi alma;
y, avizor centinela, a su puerta
mi orgullo velaba.
Salí... De mi huésped ninguno
sospechó tras mi irónica máscara;
mas te vi: y al instante el recluso
escapóseme en lágrimas.
Los húmedos myosotis de tus ojos
sugieren claros lienzos primitivos
con arcángeles músicos de hinojos
y santas de los góticos motivos.
Copiaron esos místicos sonrojos
los ingenuos maestros primitivos
y dieron los myosotis de tus ojos
a sus Evangelistas...
Inmóvil duerme el agua del estanque aceituna
bajo las melodiosas cúpulas florecidas,
y, como Ofelia en Hamlet, va el cuerpo de la luna,
inerte, sobre el lecho de las ondas dormidas...
Las dos... soñando en Ella, por la avenida voy...
mis brazos la...
¡De nuevo son las rosas de Octubre, Otoño mío...!
Han escondido el sol en una cueva obscura...
y los pálidos dedos del inmortal Hastío
estrujan –rosa seca– mi pasada ventura.
¡Lacerante recuerdo de la extinta dulzura
que torna vanamente al corazón vacío...!
...
Dime —¿qué filtro da tu boca
en su divino beso cruento,
que hace vibrar mi carne loca
como a la débil hoja el viento?
¿Con qué fórmula cabalística
mis penas rindes dulcemente,
cual la celeste Rosa Mística
hace inclinar a la serpiente?
Di —¿dónde...
Es el bardo que dijo en romance galano
la legendaria historia del paladín audaz
que a las moriscas gentes abatió con su mano
que fue timbre y orgullo del valor castellano,
que de vencer a un mundo, se dijera capaz.
El que al pie de la reja de tu ventana gótica....
Se va con algo mío la tarde que se aleja;
mi dolor de vivir es un dolor de amar;
y al son de la garúa, en la antigua calleja,
me invade un infinito deseo de llorar.
Que son cosas de niño, me dices; quién me diera
tener una perenne inconsciencia infantil;
ser...
Desde la ebúrnea torre donde, como el latino
artífice, cincelo mi verso diamantino
—miel para la famélica jauría—,
pongo mi lira acorde al melodioso...
Bailas: grácil y fino, sobre la alfombra,
tu cuerpo adolescente rápido rueda;
y el alma siente anhelos de ser tu sombra
para morir besando tu pie de seda.
Lo rojo de tu veste la muerte incita
y el beso que en tus labios suspenso queda
roba el aire oloroso que...
Cálido estío de tus grandes ojos.
Negras flores, en selvas encantadas,
que abre la reina de los claros ojos,
el alba de las manos sonrosadas.
Lámpara astral de tus miradas puras.
Pálida luz de sol convaleciente
que cuida, bajo sus dos alas puras,
un...