José Marchena

  • Quitad allá las ciencias,
    dejadme mis amores.
    allá dispute el sabio,
    otro piense, y yo goce.
    Denme a mí de Amarilis
    oír los cantos acordes,
    que encienden en mi pecho
    mil amantes ardores.
    Que Florián a Trigueros
    le colme de loores,...

  • Las pesadas cadenas
    del despotismo atroz ufano hollando,
    cantemos, lira mía,
    el acordado tono al cielo alzando,
    la presente alegría
    y las pasadas penas;
    libertad sacrosanta, tú me inspira;
    que sólo libertad suene mi lira.

    Mientras fue...

  • Cual rosa sobresale entre las flores,
    o cual la luna en la mitad del cielo
    a las estrellas todas señorea;
    cual entre chozas de pajiza aldea
    se levanta del suelo
    el erguido palacio; así Belisa
    abrasando de amor a mil pastores
    entre las zagalejas...

  • Así cuando el alcázar del Olimpo,
    el soberbio Mimante y los Titanes,
    hórridos hijos de la dura tierra,
    escalar intentaron, y de Atlante
    el grave Pelïón agobió el hombro;
    cuando cien lanzas blandeó Briareo,
    de Encélado la mano poderosa,
    arranca...

  • Yo, aquel que la Academia no ha premiado,
    ni de Bouillón el bárbaro diarista,
    ni el bonazo Guarinos ha elogiado;

    cuando me pica soy también coplista,
    y enhilo a millaradas consonantes,
    cual pudiera el más diestro repentista.

    Que del seco...

  • ¡Oh dulce Lanz! Mi juventud lozana
    ya para siempre huyó, cual agostada
    rosa, que brilla sólo una mañana.

    Cerca está ya de mí la fatigada
    corva vejez, de muerte precursora,
    de achaques y quebrantos rodeada.

    ¿Dó estás, oh juventud? ¿Dónde está...

  • Desciende, del sagrado
    monte, Calíope santa, y las loores
    de Batilo me inspira; dí cuál fuera
    de los brazos de Baco y los amores
    por Temis arrancado;
    cuál la Diosa severa
    blandir le enseña la amenazadora
    espada del delito vengadora.

    ...

  • Bella Emilia, perdón; yo te lo ruego
    por tu belleza; ¡ah cielos! ¡mi osadía
    cuánta disculpa tuvo! ¿Dó se halla
    aquel que a tu hermosura indiferente
    sin amarte te mira? ¿Quién tu dulce,
    tu suave elocuencia escuchar pudo
    sin la emoción más viva? ¿Y yo...

  • La villana avaricia, el insaciable
    amor del mando y del poder supremo
    las bajas tierras oprimido habían;
    abrumados gemían
    los hombres bajo el cetro intolerable,
    y del dolor en el violento extremo
    los dioses invocaban,
    que sordos a sus ruegos se...

  • Las humildes mansiones
    desaparecen del linaje humano,
    y las nubes preñadas
    mis plantas huellan: lejos ¡oh profano
    vulgo! a ti no son dadas
    las sagradas armónicas canciones
    oír que Apolo inspira,
    no el oír los tonos de la acorde lira.

    ...