José Marchena

  • ¡Oh pueblo malhadado!
    Con mil cadenas tu cerviz altiva
    amarrará a su carro la anarquía;
    de libertad te priva
    el padre de los dioses indignado,
    en pena de tu infame cobardía,
    hasta que con altares
    la diosa que ofendiste aplacares.

    De...

  • Soledad deliciosa, bosque umbrío
    ¡ay, cómo en tu retiro busco en vano
    alivio al inmortal quebranto mío!

    Me hirió de Amor la poderosa mano,
    de Amor la flecha aguda envenenada
    que contra mí lanzara el inhumano.

    ¡Oh mil veces feliz edad dorada...