No, porque la noche fría
tu africana faz vistiera
con el color que la blanca
altiva estirpe desprecia,
fue menor nunca el afecto
con que te amé, Magdalena,
(que cual la tez no escondías
el alma por dentro negra,)
ni es menor mi pena ahora,
o...

¡Qué radiosa es tu faz blanca y tranquila
bajo el dosel de tu melena blonda!
¡Qué abismo tan profundo tu pupila,
pérfida y azulada como la onda!

El fulgor soñoliento que destella
en tus ojos donde hay siempre un reproche,
viene cual la mirada de la estrella...

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.

Este era un rey que tenía
un palacio de...

En vano, gran Martín, la Noche fría
vistió tu rostro con su sombra oscura;
mas que la nieve era tu alma pura,
y más clara que sol de mediodía.
Y hoy en la gloria perennal te alegras,
mientras gimen sin tregua en el profundo
mil y mil que tuvieron en el mundo...


Vergine Madre, figlia del tuo Figlio,
umil ed alta piu che creatura,
termine fisso deterno consiglio,
Tu se'colei che l'umana natura
nobilitasti sí che'l suo Fattore
non disdegnó di farsi sua fattura.

(Dante, Paradiso, canto...

¡Salve, divina emperatriz del cielo,
        Como la gracia pura,
Mística luz de paz y de consuelo,
        Tesoro de hermosura!

¡Salve, limpio fanal resplandeciente
        De donde el sol fecundo
Toma su luz para lanzarla ardiente
        Al adormido...

Choca tu dulce boca con la mía,
mujer deslumbradora;
y brotará la ardiente poesía
que mi mente atesora.

Deja, deja que rompa ese lujoso
traje de terciopelo
que oculta, como amante cariñoso,
de tu...

Poet: Manuel Reina

En hondo sueño reposa
la vasta mortal familia:
yo sólo gimo en vigilia
sempiterna y dolorosa.
Y escucho desde mi lecho
el ronco son con que el mar
no cesa de acompañar
los suspiros de mi pecho.
Somos, oh mar, parecidos:
tú de sonar nunca...

Alma que en cadenas graves
vives triste o infeliz,
y ya en tu prisión no cabes,
como el ave, de las aves
coronada emperatriz,
que, aprisionada, no deja
su altivo instinto rëal,
y aletëando forceja
por romper la dura reja
de su cárcel de metal...

Es media noche: vaporosa calma
y silencio profundo
el sueño vierte al fatigado mundo,
y yo velo por ti, mi dulce amante.
¡ En qué delicia el alma
enajena tu plácida memoria!
Único bien y gloria

Del corazón más fino y más constante,
¡Cuál te...