• Un día que en la vega,
    bajo el nogal copado
    que da a su fuente sombra
    con los pomposos ramos,

    cantaba entretenido
    con inocente labio
    de mi suerte la dicha,
    las delicias del campo,

    casi a mis pies seguras
    se bañaban jugando
    las sencillas palomas
    en un limpio remanso.

    Su bullicio y arrullos,
    y sus besos...

  • Mandó a Madrid venir de la montaña

    un mercader ricacho a su sobrino

    para que se instruyese en la maña

    con que era en el comercio ladrón fino.

    Cuando llegó buscando la cucaña

    el tal montañesillo a su destino,

    tendría de catorce a quince años,

    edad en que el amor hace mil daños.

    A poco tiempo que en la corte estaba

    el tío le notó...

  • El cínico Diógenes de Atenas

    con su filosofía

    hizo, mientras vivió, mil cosas buenas,

    siendo su gran manía

    ponerse a procrear públicamente

    a sol radiante y a faldón valiente.

    Decía: -No es razón que a ver a un hombre

    morir se junten tantos

    y el ver fabricar otro les asombre

    para que hagan espantos.

    ¡ Ay, ya murió este sabio...

  • Casóse Dora la bella

    con Dido, y Dido intentó,

    la noche que se casó,

    hacerle un hijo, hijo de ella.

    Como pasó mala noche

    aquella en que fue casada,

    se levantó al otro día con

    toda la cara ajada.

    Desde que le vio su padre

    con el semblante perdido,

    enojado le pregunta:

    -¿Quién te ha casado, hijo Dido?...

  • Guayaquil, ciudad hermosa
    de la América guirnalda
    de tierra bella esmeralda
    y del mar perla preciosa,
    cuya costa poderosa
    abriga tesoro tanto,
    que con suavísimo encanto
    entre nácares divisa
    congelado en gracia y risa
    lo que el alba vierte en llanto.

    Ciudad que por su esplandor,
    entre las que dora Febo,
    la mejor del mundo...

  • Reprendía un abad a un perezoso
    monje que a los maitines no asistía,
    y con ásperas voces le decía:
    - ¿Qué efecto, hermano, tan escandaloso

    producirá en cualquiera religioso
    su negligencia? Copie lo que hacía
    todo un rey, un David. ¡Con qué alegría,
    con qué afecto tan tierno y fervoroso

    a medianoche el lecho abandonaba
    para orar al...

  • A casa de una moza un estudiante

    llegó, pobre y tunante,

    y por poco dinero

    le pidió algún carnal desaguadero.

    -No puedo socorrerle en ese apuro,

    ella le dijo, sin que pague un duro;

    no lo hago más barato

    porque anda malo el tiempo y malo el trato.

    Llevaba el estudiante únicamente

    el duro que la moza le pedía,

    mas no le...

  • Viendo el Amor un día
    que mil lindas zagalas
    huían de él medrosas
    por mirarle con armas,

    dicen que de picado
    les juró la venganza
    y una burla les hizo,
    como suya, extremada.

    Tornose en mariposa,
    los bracitos en alas,
    y los pies ternezuelos
    en patitas doradas.

    ¡Oh!, ¡qué bien que parece!
    ¡Oh!, ¡qué suelto...

  • Las pesadas cadenas
    del despotismo atroz ufano hollando,
    cantemos, lira mía,
    el acordado tono al cielo alzando,
    la presente alegría
    y las pasadas penas;
    libertad sacrosanta, tú me inspira;
    que sólo libertad suene mi lira.

    Mientras fue mi morada
    la esclava Hesperia, del rapaz Cupido
    la flecha penetrante
    de aguda...

  • Un avariento casado

    a su mujer le decía:

    -Tú me cuestas cada día

    un doblón, ¡caro bocado!

    Cada mes te he visitado

    dos veces: en conclusión,

    cada vez a la razón

    de tres onzas. -¡Lindo chiste!,

    dice ella. ¿ Y en qué consiste

    que yo te salga a doblón?