•  Amada, estoy alegre: ya no siento
    la angustiosa opresión de la tristeza:
    el pájaro fatal del desaliento
    graznando se alejó de mi cabeza.

     Amada, amada: ya, de nuevo, el canto
    vuelve a vibrar en mí, como otras veces;
    ¡y el canto es hombre, porque...

  •  Pues, aquí estoy, señores. Pues... yo soy Andresillo,
    ¿no recuerdan ustedes? Yo soy aquel chiquillo
    a quien el gran Quijote librara cierto día
    — porque ahí encajaba bien su caballería —
    de la nube de palos, que mi amo, furioso,
    sobre mí descargaba ferozmente donoso.
    Al pobre señor loco le hice una ruin...

  •  La costurerita que dio aquel mal paso...
    — y lo peor de todo, sin necesidad —
    con el sinvergüenza que no la hizo caso
    después... — según dicen en la vecindad —

     se fué hace dos días. Ya no era posible
    fingir por más tiempo. Daba compasión
    verla...

  •  ¡Tienes una voz tan dulce!...
    Yo no sé por qué será:
    te oímos y nos dan muchas
    ganas de quererte más.
    Tienes una voz tan dulce
    y una manera de hablar,
    que aunque a veces tú también
    estés triste de verdad
    haces reir a abuelita
    cuando ella quiere llorar.
    ¡Y ninguno sabe en donde...

  •  La enferma abrió los ojos cuando la hermana,
    que aún no ha descansado ni un solo instante,
    decía sus temores al practicante
    que pasa la visita de la mañana.

     Desde que la trageron ha rechazado
    sin contestar palabra, todo remedio,
    y por más que se...

  •  Un poco paliducha y adelgazada,
    — ¡estuvo tan enferma recientemente! —
    caminando de prisa por la asoleada
    vereda, va la rubia convaleciente

     que, con rumbo a Palermo dobló hacia el Norte.
    ¡Salud, la linda rubia: cara traviesa,
    gesto de ¡viva Francia...

  •  Porque en las partituras de su garganta
    ella orquesta la risa con el lamento,
    porque encierra una musa que todo canta,
    es la polifonista del sentimiento.

     Por la prima aflautada vuelan las aves
    de las notas chispeantes y juguetonas,
    y, poblando el...

  •  Les tiene preocupados y tristes la tardanza
    de la hermana. Los niños no juegan con el gato,
    ni recuerdan ahora lo de la adivinanza
    que propusiera alguno, para pasar el rato.

     De vez en cuando, el padre mira el reloj. Parecen
    más largos los minutos. Una...

  •  Así anda la pobre, desde la fecha
    en que, tan bruscamente, como es sabido,
    aquel mozo que fuera su prometido
    la abandonó con toda la ropa hecha.

     Si bien muchos lo achacan a una locura
    del novio que oponía sobrados peros...
    todavía se ignoran los...

  •  En un largo alarido de tristeza
    los heraldos, sombríos, la anunciaron,
    y las faunas errantes se aprontaron
    a dejar el amor de la aspereza.

     Con el Genio del bosque a la cabeza,
    una noche y un día galoparon,
    y cual corceles épicos llegaron
    en un...