• ¡Yo te saludo, dulce encantadora
    indefinible hora,
    donde se unen y mezclan noche y día!
    ¡Hora de suave calma
    y de vaga inefable poesía!
    ¡Oh romántica virgen sonadora!
    a tu triste beldad ceda la palma
    la rozagante Aurora:
    que su faz leda y su mirada viva
    menos al tierno corazón agrada
    que tu faz pensativa
    y dulce melancólica...

  • Ante el pálido lienzo de la tarde,
    la iglesia, con sus torres afiladas
    y el ancho campanario, en cuyos huecos
    voltean suavemente las campanas,
    alta y sombría, surge.
    La estrella es una lágrima
    en el azul celeste.
    Bajo la estrella clara,
    flota, vellón disperso,
    una nube quimérica de plata.

  • He aquí que llega el tiempo en que vibrante en su tallo
    Cada flor se evapora cual un incensario;
    Los sonidos y los perfumes giran en el aire de la tarde,
    ¡Vals melancólico y lánguido vértigo!

    Cada flor se evapora cual un incensario;
    El violín vibra como un corazón afligido;
    ¡Vals melancólico y lánguido vértigo!
    El cielo está triste y bello como un...

  • ¡Oh! tarde dolorosa que con tu cielo de oro
    finges las alegrías de un declinar de estío.
    ¡Tarde! Las hojas secas en su doliente coro
    van llenando mi alma de un angustioso frío.

    La risa de la fuente me parece ser lloro;
    el aire perfumado tiene aliento de lirios;
    añoranzas me llegan de unos viejos martirios
    y a mi mente se asoman unos ojos que adoro...

  • Aunque tus cejas malas
    Te infunden un aire extraño
    Que no es digno de un ángel,
    Hechicera de los ojos atrayentes,

    ¡Yo te adoro!, ¡oh, mi frívola,
    Mi terrible pasión!
    Con la devoción
    del sacerdote por su ídolo.

    El desierto y la floresta
    Embalsaman tus trenzas rústicas.
    Tu cabeza tiene las actitudes
    Del enigma y del secreto....

  • Es una tarde cenicienta y mustia,
    destartalada, como el alma mía;
    y es esta vieja angustia
    que habita mi usual hipocondría.
    La causa de esta angustia no consigo
    ni vagamente comprender siquiera;
    pero recuerdo y, recordando, digo:
    -Sí, yo era niño, y tú, mi compañera.
    *
    Y no es verdad, dolor, yo te conozco,
    tú eres...

  • Ahora quiero amar algo lejano...
    Algún hombre divino
    Que sea como un ave por lo dulce,
    Que haya habido mujeres infinitas
    Y sepa de otras tierras, y florezca
    La palabra en sus labios, perfumada:
    Suerte de selva virgen bajo el viento...

    Y quiero amarlo ahora. Está la tarde
    Blanda y tranquila como espeso musgo,
    Tiembla mi boca y mis dedos...

  • Ahora quiero amar algo lejano...
    Algún hombre divino
    Que sea como un ave por lo dulce,
    Que haya habido mujeres infinitas
    Y sepa de otras tierras, y florezca
    La palabra en sus labios, perfumada:
    Suerte de selva virgen bajo el viento...

    Y quiero amarlo ahora. Está la tarde
    Blanda y tranquila como espeso musgo,
    Tiembla mi boca y mis dedos...

  • I

    ¡Salud, oh estrella de la tarde!, rosa
    del jardín del crepúsculo brotada;
    ¡salud, estrella de la tarde!, hermosa
    cual virgen al festín aparejada.

    ¡Estrella del amor!, cuando te miro
    brillar entre las sombras ¿por qué, dime,
    triste mi corazón lanza un suspiro
    y un ansia vaga de llorar me oprime?

    ¿Por qué tu puro rayo me...