No me hables esta noche; solo ansío
que me beses y abraces con locura;
que se junte tu labio con el mío;
que mis brazos opriman tu cintura
y que cierres los ojos… Tengo frío!
No me hables esta noche ¡Oh, mi adorada!
Yo solo quiero en medio del reposo,
el ardor de tu carne sonrosada,
el roce de tu mano delicada
y el ámbar de tu aliento...