• Así pasa la vida, como raro espejismo.
    La rosa azul que alumbra y da el ser al cardo!
    junto al dogma del fardo
    matador, el sofisma del Bien y la Razón!

    Se ha cogido, al acaso, lo que rozó la mano;
    los perfumes volaron, y entre ellos se ha sentido
    el moho que a mitad de la ruta ha crecido
    en el manzano seco de la muerta Ilusión.

    Así pasa la...

  •  Entra sin miedo, hermana: no te diremos nada.
    ¡Qué cambiado está todo, qué cambiado! ¿no es cierto?
    ¡Si supieras la vida que llevamos pasada!
    Mamá ha caído enferma y el pobre viejo ha muerto...

     Los menores te extrañan todavía, y los otros
    verán en ti la...

  • Vamos a embarcar, amigos,
    para el viaje de la gota del agua.
    Es una gota, apenas, como el ojo de un pájaro.

    Para nosotros no es sino un punto,
    una semilla de luz,
    una semilla de agua,
    la mitad de lágrimas de una sonrisa,
    pero le cabe el cielo
    y sería el naufragio de una hormiga.

    Vamos a seguir, amigos,
    la órbita de la gota de agua:...

  •   A Schopenhauer, el huraño,
     le hizo un epitafio barroco
     en un cuento mordaz y extraño
     Maupassant, aprendiz de loco.

      Había muerto el profesor
     avinagrado y pesimista;
     guardaba su tez el livor
     de unos reflejos amatista;

      y en aquella cámara ardiente
     lloraban por el corifeo
     los discípulos del ingente
     filósofo bilioso...

  • Mi carne pesa, y se intimida
    porque su peso fabuloso
    es la cadena estremecida
    de los cuerpos universales
    que se han unido con mi vida.

    Ambar, canela harina y nube
    que en mi carne al tejer sus mimos,
    se eslabonan con el efluvio
    que ata los náufragos racimos
    sobre las crestas del Diluvio.

    Mi alma pesa, y se acongoja
    porque su...

  •  Luna redonda, blanca y lejana.
     Paz sobre el mundo y con nosotros.
     Pregusto de muerte.
     Calma.
     La brisa disgrega el pecho en rezos.
     El color está de luto.
     Un camino, lívido, se va.
     Las sombras se achatan, esquivas.
     Un sapo hace gárgaras de erres.
     La rana mastica palillos sonoros.
     Venus guiña a la tierra su ojo punzante.

  • No alegra la sabiduría...

    No alegra la sabiduría,
    porque la pena es conocer
    y causa la melancolía
    nuestra sola razón de ser.

    El prurito de analizar
    nos ha perdido,
    y el huracán del anhelar
    lanzó nuestra nave en el Mar
    desconocido...

    En la actitud del que ya nada espera...

    ¡En la actitud del que ya nada espera...

  • Yo tenía... ¡dos alas!...
    Dos alas,
    que del azur vivían como dos siderales
    ¡raíces!...
    Dos alas,
    con todos los milagros de la vida, la Muerte
    y la ilusión. Dos alas.
    fulmíneas
    como el velamen de una estrella en fuga;
    dos alas
    como dos firmamentos
    como tormentas, con calmas y con astros...

    ¿Te acuerdas de la gloria de mis...

  • En antiguas orgías cuerpos y almas servimos
    a los siete lobeznos de los siete pecados;
    la vid de la Locura de sus negros racimos;
    exprimió en nuestras bocas los vinos condenados.

    Pálidas majestades sombrías y ojerosas,
    lánguidos oficiantes de pintadas mejillas
    se vieron coronados de nuestras frescas rosas
    y en la Misa del Mal doblamos las rodillas...

  • ¡Si yo pudiera recordarlas todas!
    ¡Vi tantas en mi vida!...
    Cuando era pequeño
    frente a mi casa "desuñían".
    Ramazones de sauces o sarandíes
    les tapaban las bocas.
    Venían de las huertas, cargadas de sandias.

    ¡Qué bien evoco ahora la avidez de nosotros!
    Hundíamos la boca en las medias lunas
    negras y rojas
    de las tajadas de carne y...