• Estoy debajo de mis sueños.
    Ya ni estrellas ni pájaros nocturnos
    levantarán mi canto.

    Puente de plata y oro es el amor.

    Amada, tú eras el único asidero
    pero yo he mirado al abismo
    donde ondula (libre de nosotros)
    el limo de mis sueños y tus sueños.

    Desde entonces ah!
    qué solo estoy en la tierra.
    Y tú, qué sola.
    No lo sabes y...

  • Fuensanta, dulce amiga,
    Blanca y leve mujer,
    Dueña ideal de mi primer suspiro
    Y mis copiosas lágrimas de ayer;
    Enlutada que un día de entusiasmo
    Soñé condecorar,
    Prendiendo, en la alborada de las nupcias,
    En el negro mobiliario de tu pecho
    Una fecunda rama de azahar.
    Dime ¿es verdad que ha muerto mi quimera,
    El idólatra de tu palidez...

  • Señor, en mí me busco y no me encuentro...
    ¿Dónde la claridad del nuevo día
    cuya luz inmortal fulgura dentro
    del corazón sin pena ni alegría?

    Tú eres la paz, y yo soy la contienda;
    tú eres la luz, la noche va conmigo...
    Mis ojos, ciegos por la negra venda,
    no distinguen amigo ni enemigo...

    ¡Pero una voz en mi interior te nombra
    y...

  •  El griego musicante ya desafina
    en la suave habanera provocadora,
    cuando se anuncia a voces, desde la esquina
    «el boletín — famoso — de última hora».

     Entre la algarabía del conventillo,
    esquivando empujones pasa ligero,
    pues trae noticias,...

  • El Alma en los labios fue un poema escrito por Medardo Ángel Silva poco antes de suicidarse; fue un homenaje a su novia Rosa Amada Villegas.
    El músico cuencano Francisco Paredes Herrera, que residía en Guayaquil, el 15 de Junio de 1919...

  • A Modesto Chávez Franco

    Las interrogaciones con que, en horas fatales,
    queremos sondear la Esencia Verdadera,
    son voces a la Esfinge siempre muda, señales
    en la sombra que nadie ve de la otra ribera.

    Sí; de nuestro dolor sólo perdura
    el eco sollozante a merced de la brisa.
    ¡Ay de ese cuyos...

  •  Dejó de castigarla, por fin cansado
    de repetir el diario brutal ultraje,
    que habrá de contar luego, felicitado,
    en la rueda insolente del compadraje.

     — Hoy, como ayer, la causa del amasijo
    es, acaso, la misma que le obligara
    hace poco, a imponerse...

  • Antes de echar el ancla en el tesoro
    del amor postrimero, yo quisiera
    correr el mundo en fiebre de carrera,
    con juventud, y una pepita de oro
    en los rincones de me faltriquera.

    Abrazar a una culebra del Nilo
    que de Cleopatra se envuelva en la clámide,
    y oír el soliloquio intranquilo
    de la Virgen María en la Pirámide.

    Para desembarcar en...

  • Raro anillo que clarea,
    Raro anillo que sombrea
    Una profunda amatista,

    Crepúsculo vespertino
    Que en tu matinal platino
    Engarzó espléndido artista.

    El porvenir es de miedo...
    ¿Será tu destino un dedo
    De tempestad o de calma?

    Para clararte y sombrearte,
    ¡Si yo pudiera glisarte
    En un dedo de mi alma!...

  •  Nos eres familiar como una cosa
    que fuese nuestra, solamente nuestra;
    familiar en las calles, en los árboles
    que bordean la acera,
    en la alegría bulliciosa y loca
    de los muchachos, en las caras
    de los viejos amigos,
    en las historias íntimas que andan
    de boca en boca por el barrio
    y en...