• Si yo he de quererte bien,

    vamos a hacer por aquí

    aquello que te pedí,

    si no se acaba ,el Belén.

    Antonio con Pepa hablaba

    en su jardín cierto día,

    y una cosa le pedía

    que Cupido la mandaba;

    pero ella se la negaba

    con rubor, susto y desdén,

    y, usando de amor el tren,

    le dijo con loco exceso:

    -Antonio, no...

  • Ven, reina de los besos, flor de la orgía,
    amante sin amores, sonrisa loca...
    Ven, que yo sé la pena de tu alegría
    y el rezo de amargura que hay en tu boca.

    Yo no te ofrezco amores que tú no quieres;
    conozco tu secreto, virgen impura;
    amor es enemigo de los placeres
    en que los dos ahogamos nuestra amargura.

    Amarnos... ¡Ya no es tiempo de que me...

  • La vida es un hospital en el que cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama. Éste querría padecer junto a la estufa y aquél cree que se curaría frente a la ventana.

    A mí me parece que estaría bien allí donde no estoy, y esa idea de mudanza es una de las que discuto sin cesar con mi alma.

    «Dime, alma mía, pobre alma enfriada, ¿qué te parecería vivir en Lisboa? Allí...

  • Miré tu rostro, y de la inmensa altura
            Bajé á mi corazón,
    Y al verle encadenado á tu hermosura
            Bendije mi prision.

    La noche en su silencio y con su calma
            Adormeció mi sér,
    Y al mecerse tranquila, olvidó el alma
            Su eterno padecer;

    Una sola mirada de tus ojos
            Del sueño me sacó,
    Y una sonrisa...

  • Lloraba perlas la fonta harmónica
    las dalias descubrían sus sonrojos,
    cuando pasó triunfal y salomónica
    la Emperetriz de los celestes ojos.

    Tornaba en mi divino clavileño
    de una excursión solar hollando abrojos;
    y me sonrió en un éxtasis de ensueño,
    la Emperatriz de los celestes ojos.

    Rimaba un grillo su sonata abstrusa,
    agria a la luz de...

  • Aparta de tus ojos la nube perfumada
    que el resplandor nos vela que tu semblante da,
    y tiéndenos, María, tu maternal mirada,
    donde la paz, la vida y el páramo está.

    Tú, bálsamo de mirra; Tú, cáliz de pureza;
    Tú, flor de paraíso y de los astros luz,
    escudo sé y amparo de la mortal flaqueza
    por la Divina Sangre del que murió en la Cruz.

    Tú eres,...

  • Y me senté en el carro de la sombra,
    presa del más horrendo paroxismo,
    y comencé a rodar sobre una alfombra
    formada con el cosmos del abismo.

    Y abarqué el infinito en una sola
    mirada, llena de fulgor intenso…
    Y vi del tiempo la gigantë ola
    rodar al precipicio de lo inmenso!

    Y vi la eterna procesión de mundos,
    a través de mi loco desvarío...

  • ¿Faltaran los lirios
    a la primavera
    el canto a la moza
    y el cuento a la abuela
    y al llanto del niño
    la ubre materna?
    ¿Los encinares del monte
    son de retórica vieja
    Nunca desdeñeis las cópulas
    fatales. clásicas, bellas,
    del potro con la llanura,
    del mar con la nave hueca,
    del viento con el molino,
    la torre con la...

  • Asesino de Miss Cavell;
    victimario de mujeres;
    victimario de mujeres más heroicas
    que tus rudos almirantes, -
    ...

  •  La góndola volvía. Frente a frente
    estábamos, en esa inolvidada
    vieja tarde de otoño, purpurada
    por la sangre del sol en el poniente.

     Y porque te mostrabas displicente
    a tu mismo abandono abandonada,
    se me antojó decir, sin decir nada,
    lo que...