¿Oís? Es el cañón. Mi pecho hirviendo
El cántico de guerra entonará,
Y al eco ronco del cañón venciendo,
La lira del poeta sonará.
El pueblo ved que la orgullosa frente
Levanta ya del polvo en que yacía,
Arrogante en valor, omnipotente,
Terror de la insolente tiranía.
Rumor de voces siento,
Y al aire miro deslumbrar...