• De mi suerte las iras
    seguir me niegan el vivir quieto
    que tus hermosas liras
    me pintan, y secreto
    es de mis ansias perennal objeto.
    ¡Cuánta ventura goza
    el morador de solitaria aldea!
    En su pajiza choza
    nada extraña o desea,
    ni hay verdadero bien que no posea.
    Con el alba serena,
    de las aves al cántico, madruga
    a la usada...

  • Ya cerraste los ojos que fueron
    tus estrellas, oh mísero esposo:
    ya escuchaste del labio amoroso
    ¡el postrero tiernísimo adiós!
    Y padeces, de aquélla privado
    que te fue tan leal compañera,
    los dolores que el alma sintiera,
    si partirla pudieran en dos.
    ¡Ay! ¡cuán mudas las solas estancias!
    ¡Ay! ¡cuán vasta la casa desierta!
    ¡De la...

  • (Del diario de un viajero americano)

    Y así con voz doliente
    interrogaba al ojo de los cielos
    el mísero viajero de Occidente:
    dime si miras desventura extrema
    en tantos astros, como aquí, reinar,
    si envuelve el Infortunio tu sistema
    y erige en todos su sangriento altar.
    Di, eterno viajador del firmamento,
    del universo fúlgido reló,...

  • Salve sin fin, oh tú de los planetas
    fúlgido diademado emperador,
    que a girar obedientes los sujetas
    de tu radiante trono en derredor.
    Y a Júpiter, Saturno, Venus, Marte,
    y a los demás que encadenó tu ley
    vida y luz tu largueza les reparte,
    cual a su corte poderoso rey.
    Y vasallos los rápidos cometas
    de tu dominio dilatado son,
    y en...

  • Glorioso te proclaman las auroras
    cuando naces, cual vástago imperial
    y enciendes con tus luces y coloras
    el dilatado pórtico oriental.
    Huye la fría lóbrega tiniebla,
    huye el sueño tu alegre rosicler,
    y el orbe todo de rumor se puebla
    de luz y de colores por do quier.
    Te ensalzan los ardientes mediodías,
    cuando desde el cenit abrasador...

  • Para y óyeme ¡oh Sol! yo te saludo
    Y estático ante ti me atrevo a hablarte;
    Ardiente como tú mi fantasía,
    Arrebatada en ansia de admirarte,
    Intrépidas a ti sus alas guía.
    ¡Ojalá que mi acento poderoso,
    Sublime resonando,
    Del trueno pavoroso
    La temerosa voz sobrepujando,
    ¡Oh sol!, a ti llegara
    Y en medio de tu curso te...

  • ¡Mueres, excelso irradiador del día!
    Mas, como fue de rey tu nacimiento,
    ¡así en la majestad de tu agonía
    aún eres el señor del firmamento!
    Ardores pierdes y colores ganas,
    disco mayor, envejecido, muestras,
    y al fin concedes que un instante ufanas
    en ti se fijen las miradas nuestras.
    ¿Cuál en el labio sonará del hombre
    lengua feliz, tan...

  • Si hay hombres que contienen un alma sin fronteras,
    una esparcida frente de mundiales cabellos,
    cubierta de horizontes, barcos y cordilleras,
    con arena y con nieve, tú eres uno de aquellos.

    Las patrias te llamaron con todas sus banderas,
    que tu aliento llenara de movimientos bellos.
    Quisiste apaciguar la sed de las panteras,
    y flameaste henchido...

  • ¿Por qué, citando con voz mas dolorosa
    en llamarte me empeño,
    mientras la inmensa creación reposa,
    de mis cansados ojos más te alejas,
    hijo de la tranquila Noche umbrosa,
    blando, plácido Sueño?
    ¿Por qué tan sólo a mis dolientes quejas
    negando oído, a los vivientes todos
    en profunda quietud sumidos dejas,
    de tu licor dulcísimo beodos?...

  • ¿Con qué culpa tan grave,

    sueño blando y suave,

    pude en largo destierro merecerte

    que se aparte de mí tu olvido manso?

    Pues no te busco yo por ser descanso,

    sino por muda imagen de la muerte.

    Cuidados veladores

    hacen inobedientes mis dos ojos

    a la ley de las horas;

    no han podido vencer a mis dolores

    ...