• Un día que en la vega,
    bajo el nogal copado
    que da a su fuente sombra
    con los pomposos ramos,

    cantaba entretenido
    con inocente labio
    de mi suerte la dicha,
    las delicias del campo,

    casi a mis pies seguras
    se bañaban jugando
    las sencillas palomas
    en un limpio remanso.

    Su bullicio y arrullos,
    y sus besos...

  • Siempre aturdido entre el tumulto ignaro
    voy con mi carga de dolor a cuestas,
    olas salvando y empinadas crestas
    en tierra, sin bordón, y en mar sin faro.

    Aquí y en todas partes sin amparo,
    con los labios repletos de protestas,
    tras horas desoladas y funestas,
    a bajar la pendiente me preparo.

    Ruinas no más, desolación y luto
    dejo en mi...

  • De vuelta.jpg

    -Salí al alba, dueño mío,
    y llegué, marcha que marcha
    entre cristales de escarcha,
    hasta la margen del río.
    ¡Vengo...

  • Dea

    Recio y amplio edificio, que no brilla
    Por la elegancia y el primor del arte.
    Fue convento y capilla
    Y es hospital. Elévase a la orilla
    Del mar, hacia la parte
    De Oriente, por la cual hay un baluarte,-
    De dos que duran a evocar memoria
    De antiguos tiempos de tumulto y gloria.

    Junto a ríspida rampa de granito,
    Roña de ruinas y despojos...

  • Qué milagro el día.
    Y cada día –entonces– qué milagro.

    ¿Cómo diré ahora que te amaba,
    si pasó tanto tiempo
    si apenas lo sabía entonces?

    ¿Cómo diré que tú vivías,
    que yo te ví
    y que otros te miraron?

  •  ¡Oh vírgenes desnudas!
     ¡Oh cabelleras de color de otoño!
     ¡Oh rocío inocente
     Que luce en la sonrisa de los ojos,
     Ojos silvestres, ágiles y nuevos,
     Los más dulces de todos!
     ¡Oh pies desnudos, caricia de la tierra,
     Pies que besa el arroyo
     Temblando! ¡Oh senos en capullo, dond,
     El sol hace bailar sus manchas de oro
     Debajo de...

  • I

    Yo soy flor que se marchita
    al sol de la adversidad,
    el arbolito en mitad
    de la llanura infinita.
    La paloma pobrecita
    que arrastran los aquilones,
    entre oscuros nubarrones
    de tempestades airadas,
    soy la barca abandonada
    en el mar de las pasiones.

    II

    ...

  • Para templar el calor
    de la estación y la edad,
    me abandonas sin piedad,
    mi hechizo, mi único amor.
    Te engañas, porque el ardor
    de un alma fina y constante,
    si está de su bien distante,
    crece en el agua, en la nieve,
    y sólo templarse debe
    en el seno de un amante.

    Ven, pues, dulce amiga, luego,
    que tú eres la sola fuente
    ...

  • Ya el trono de luz regía
    el luminoso farol,
    el fénix del cielo, el sol,
    cuya edad es sólo un día.
    Ya desde la tumba fría
    en su fuego vuelve a ser
    hoy lo mismo que era ayer;
    que, si en todo es de sentir
    que nace para morir,
    él muere para nacer.

    Veloz la vida se quita,
    con que más gloria se adquiere,
    pues cuando en el...

  • Soñé que te encontrabas junto al muro
    glacial donde termina la existencia,
    paseando tu magnífica opulencia
    de doloroso terciopelo oscuro.

    Tu7 pie, decoro del marfil más puro,
    hería, con satánica inclemencia,
    las pobres almas, llenas de paciencia,
    que aún se brindaban a tu amor perjuro.

    Mi dulce amor que sigue sin sosiego,
    igual que un...