• Sentados a la margen
    de babilonio río,
    allí, Sión, tu nombre
    recordamos llorosos y cautivos.

    Y las sonoras arpas,
    y címbalos festivos,
    tristes ya y destemplados,
    de los frondosos sauces suspendimos.

    Los que en vil servidumbre
    nos llevaban ¡oh, indignos!
    por escarnio intentaron
    oír nuestras canciones allí mismo....

  • 1. Encima de las corrientes
    que en Babilonia hallaba,
    allí me senté llorando,
    allí la tierra regaba,

    5. acordándome de ti,
    ¡Oh Sión!, a quien amaba.
    Era dulce tu memoria,
    y con ella más lloraba.
    Dejé los trajes de fiesta,

    10. los de trabajo tomaba,
    y colgué en los verdes sauces
    la música que llevaba,
    poniéndola en...

  • Junto a tus ríos, Babilonia altiva,
    nos sentamos, mezclando a su corriente,
    a su libre corriente fugitiva,
    un largo mar de nuestro lloro ardiente:
    y en vuestras ramas, sauces lloradores
    que pobláis las riberas,
    las resonantes cítaras colgamos
    con que en días mejores,
    a las orillas de los patrios ríos,
    nuestras dichas y triunfos celebramos....

  • Surcando Anarda sus luces,
    La mano entonces parece
    En brillantes ondas de oro
    Pequeño bajel de nieve.

    Peine de marfil aplica,
    Mas dudará quien la viere,
    Si se peina los cabellos
    Con la mano, o con el peine.

    ¿Quién puede temer borrascas?
    En ondas de oro, ¿quién puede?
    Pues turbias se temen nunca,
    Lucidas se logran siempre....

  • Cien veces los miré, mas nunca supe
    Cuál era su color; fijos los míos
    En su lumbre, contentos se anegaban,
    Y al parecer veïan;
    Pero el alma sedienta penetraba,
    A través de las formas veladoras,
    En busca del recóndito sentido,
    Como busca el teósofo,
    Signada en piedras, plantas y metales,
    La huella del Señor; letras quebradas...

  • Hay unos ojos divinos
    fuente de dicha y dolores,
    el cielo les dio colores
    y el Señor su bendición.

    Dioles la luna su encanto,
    la palabra su armonía,
    el amor su simpatía,
    su elocuencia el corazón.

    Aunque tiranos me miren
    si los vela ingrato el sueño,
    suspiro porque risueño
    llegue el dulce despertar.

    Si miran airados...

  • Sus ojos se entornaron; sobre los blancos hielos
    de las altivas cumbres agonizaba el sol;
    y de las densas brumas tras de los amplios velos
    quedó flotando, a solas, inmóvil, en los cielos,
    el lívido cadáver del último arrebol.

    La luna, como un arco de nívea luz cuajada,
    subió con lento paso del infinito en pos;
    y entonces, reclinando la frente...

  • Sus ventanas floridas
    que miran al Oriente,
    llevan buena amistad con las auroras
    que, como primicias fúlgidas, esmaltan
    el campo de victorias de su frente.

    Aquella madrugada
    apareció el Amor tras de su reja
    y la dejó lavada
    con el cristal cerúleo de su pozo...
    ¡Y todavía, adentro
    de mi alma, hay un gozo
    fluido, de mujer...

  • Si en tus recuerdos ves algún día
    entre la niebla de lo pasado
    surgir la triste memoria mía
    medio borrada ya por los años,
    piensa que fuiste siempre mi anhelo
    y si el recuerdo de amor tan santo
    mueve tu pecho; nubla tu cielo,
    llena de lágrimas tus ojos garzos;
    ¡ah! ¡no me busques aquí en la tierra
    donde he vivido, donde he luchado,
    ...

  • Me levanté temprano y anduve descalza
    Por los corredores: bajé a los jardines
    Y besé las plantas
    Absorbí los vahos limpios de la tierra,
    Tirada en la grama;
    Me bañé en la fuente que verdes achiras
    Circundan. Más tarde, mojados de agua
    Peiné mis cabellos. Perfumé las manos
    Con zumo oloroso de diamelas. Garzas
    Quisquillosas, finas,
    De...